¿Cansada las 24 horas? Puede ser fatiga crónica

Actualmente el tiempo escasea para todos. Pareciera que cada día participamos en una extenuante carrera para cumplir con más y más actividades. Como mujeres no nos quedamos atrás; nuestra rutina diaria está saturada de infinidad de labores: desde el trabajo en una oficina, cuidado y atención del hogar, hijos y esposo, y la realización de tareas que satisfacen nuestros intereses personales. Todo esto produce un nivel de estrés y cansancio que nos hace desear dormir, dormir y dormir. En este tipo de circunstancias, como la fatiga, son comprensibles, pero existen casos cuando no hay razón que la produzca, y lo peor de todo es que se presenta de manera persistente. A esto se le conoce como Síndrome de Fatiga Crónica (SFC).

Síndrome, no enfermedad
“El término de fatiga crónica nace a partir de unas definiciones del siglo XIX  que conceptualizaban lo que se conoce como neurastenia”, advierte el doctor Víctor Fernando López, director del Grupo Interdisciplinario de Salud Mental y gerente médico del Grupo Roche Syntex México. A la neurastenia en psiquiatría se le conoce como la neurosis caracterizada por un cansancio inexplicable que aparece después de realizar un esfuerzo intelectual. Pero también se manifiesta a partir de una sensación de debilidad y agotamiento corporal y físico tras esfuerzos mínimos. Sus síntomas más característicos son tristeza, abatimiento, cansancio, temor, pérdida de memoria, insomnio, irritabilidad y dolor de cabeza, entre otros.

La fatiga crónica es un síndrome y no una enfermedad, ya que se trata de un grupo de síntomas que manifiesta el paciente, signos que el médico percibe de manera objetiva, pero que no son aceptados dentro de una clasificación diagnóstica. “Son problemas de salud los que ocasionan dificultades y bajo rendimiento a las personas que lo padecen, pero que no están englobadas en un criterio de clasificación internacional; no son aprobadas como una enfermedad”, advierte el doctor López.

Su diagnóstico no es tan sencillo ya que se puede confundir con una fatiga cotidiana causada por la demanda que exigen múltiples actividades diarias. “Hay que ser muy cuidadosos para saber diferenciarlas. Existen muchas causas de fatiga, y uno de los deberes del médico antes de pensar en un síndrome de fatiga crónica y de empezar el tratamiento específico es realizar una evaluación profunda tanto física como psicológica del individuo. Es necesario conocer las causas reales, de lo contrario se le puede confundir con otras enfermedades que presentan síntomas similares”, comenta el neurólogo Juan Alberto Nader Kawachi.

El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) se caracteriza por una fatiga profunda, un cansancio y agotamiento fuerte y prolongado que no se alivia con el descanso y no es causado en forma directa por otras enfermedades. “Para diagnosticar este síndrome, el grado de cansancio debe ser lo suficientemente fuerte como para disminuir en 50% la capacidad de la persona para realizar sus actividades diarias y manifestarse durante aproximadamente seis meses de manera persistente”, advierte Juan Antonio Barrera Méndez, director y terapeuta de Atención y Tratamiento Psicológico.

Señales de alerta

Las causas del SFC se desconocen, aunque existen muchas hipótesis: “puede ser por cuestiones relacionadas con aspectos emocionales como el estrés que en la actualidad es muy común. El exceso de actividad física o problemas musculares. Hay muchas causas que pueden estar relacionadas pero no se tiene una etiología o razón clara de lo que lo origina”, sostiene el doctor López.  Pero las señales y síntomas que lo manifiestan de manera clara, son:
• Fatiga extrema.
• Dolores articulares y musculares.
• Dolor de cabeza (cefalea por tensión muscular).
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Estado de ansiedad y nerviosismo.
• Percepción de que se tiene menos memoria (se olvidan cosas recientes como el típico ¿dónde dejé las llaves?).
• Falta de concentración, confusión e irritabilidad.
• Depresión.
• Sensación de no poder desempeñar ninguna actividad.

Malos hábitos

Dentro de los posibles factores que también podrían causar el SFC, están ciertos hábitos y costumbres que no favorecen nuestra calidad de vida, advierten los especialistas entrevistados:

• Sedentarismo.
• Un bajo nivel de actividad o acondicionamiento físico.
• Obesidad.
• Malos hábitos a la hora de dormir, que nos impiden un adecuado descanso. Por ejemplo, dormir con la televisión prendida estimula al cerebro y nos dificulta descansar; una habitación con poca ventilación; utilizar la cama no sólo para dormir, sino también para otras actividades como comer, leer, etcétera.
• Una alimentación deficiente en proteínas, hierro y vitaminas.
• Estrés crónico.
• Problemas psicológicos y emocionales no resueltos.

Las consecuencias

Como cualquier problema de salud, el SFC tiene consecuencias severas en nuestra vida:
• Sensación de autoestima. Sensación de inutilidad e impotencia por la baja de rendimiento que se presenta.
• Depresión, tristeza y ansiedad generalizada.
• Incapacidad para adaptarse a las actividades cotidianas.
• No estar rindiendo 100%.
• Bajo desempeño laboral, incluso puede ocasionar la pérdida del empleo.
• Aislamiento social.
• Su falta de diagnóstico o atención puede confundirlo con otras enfermedades.
• Problemas en sus relaciones de pareja y con su familia.
• Enfermedades relacionadas con el estrés que aunadas con una mala dieta, falta de ejercicio y tabaquismo pueden generar padecimientos cardiovasculares o cerebrovasculares.

¿Padeces fatiga crónica?
Si respondes “sí” a cualquiera de las siguientes preguntas, podrías tener el Síndrome de Fatiga Crónica (CFS o Chronic Fatigue Syndrome).

• Alguna vez te has sentido cansada (fatigada) por largos periodos de tiempo –más de seis meses– aunque estés descansando lo suficiente y no trabajes muy duro?
• ¿Alguna vez el doctor no te ha podido encontrar la causa de alguna enfermedad o síntoma?
• ¿Haces menos de la mitad de lo que lograbas hacer antes, porque te sientes cansada?
• ¿Has tenido problemas recurrentes o persistentes durante seis meses o más, con cuatro o más de las indicaciones o síntomas mencionados abajo?:
1. Dolor de garganta
2. Nódulos linfáticos adoloridos o sensibles en el cuello o las axilas
3. Dolor inexplicable en los músculos
4. Dolor que se mueve de articulación a articulación pero que no incluye enrojecimiento o hinchazón
5. Dolores de cabeza muy diferentes a los que sufres usualmente, o dolores que hacen que toda la cabeza los recienta
6. Problemas con la memoria corta o tu concentración
7. Sentirte cansado por más de 24 horas después de hacer ejercicio, que antes no te molestaba en nada
8. Problemas al dormir

Para evitarlo

Los especialistas entrevistados señalan que para evitar el SFC es importante seguir ciertas  recomendaciones en la vida diaria:
• Haz ejercicio por lo menos treinta minutos diarios, de acuerdo con tus gustos y posibilidades.
• Procura una alimentación sana, que evite la obesidad porque cuando hay sobrepeso se tiene más riesgo de padecer SFC.
• Procura buenos hábitos de sueño: duerme en una habitación ventilada para que tenga un buen nivel de oxígeno, que tenga una temperatura ideal (ni fría, ni caliente), las horas necesarias para descansar lo suficiente (se recomiendan entre siete y ocho horas diarias).
• Reducir los excesos en las cargas de trabajo. Puedes estar muy contenta con lo que haces, incluso te pueden pagar muy bien, pero si está mermando tu salud o te ha aislado de tus amigos o familia, entonces te traerá consecuencias físicas y sociales.
• Optimiza las actividades cotidianas y dale prioridad a lo más importante.
• Date tiempo para el reposo, la meditación y el encuentro contigo misma.
• Reconoce las partes del afecto que están fallando en tu vida. Por ejemplo si te enojas y no externas este sentimiento lo único que haces es acumular cosas que tarde o temprano te harán explotar. O si ves cosas incorrectas en ti misma y no las corriges, muy pronto te sentirás mal.
• Procura crecer espiritualmente, de acuerdo con la creencia que tengas,  porque por lo general nos damos más a la tarea de tener que a la de ser.
• No dejes para mañana los problemas de hoy, pues tarde o temprano saldrán y se convertirán en destino.
• Escucha a tu cuerpo, cualquier señal que te manifieste que algo anda mal (dolor de cabeza, garganta, cansancio persistente) ponle atención y acude al médico para que sea él quien diagnostique tu caso y descarte otras enfermedades que pudieran confundir los síntomas.

Tratamiento

En la actualidad no existe un tratamiento específico que haya demostrado ser efectivo para curar el SFC, y lo único que se trata son sus síntomas.  “Muchas personas con este síndrome experimentan depresión y ansiedad que pueden mejorar con ciertos medicamentos como: antidepresivos y ansiolíticos”, señala el psicoterapeuta Barrera Méndez. Pero si sabes que es el estrés lo que está ocasionando ese problema, “lo importante es ver de qué manera lo enfrentas y segundo ver si tienes problemas de insomnio o falta de sueño asociado con la ansiedad, pero sobre todo tratar de cambiar el hábito o conducta que sabes que te está perpetuando ese cuadro ansioso con técnicas cognitivo conductuales”, afirma el doctor López.  De la misma manera, “es importante darle apoyo psicológico y moral al paciente, resolver aquellas partes de su vida cotidiana que están propiciando la fatiga”, expresa el doctor Nader Kawachi.
Para mayor información puedes visitar la página www.ansiedadcero.com o llamar al 01 80026 ansiedad.   yyyy

POR KARINA 
Karina Rodríguez ( )
*Agradecemos el apoyo de Juan Antonio Barrera Méndez, director y terapeuta de Atencióny Tratamiento Psicológico; del doctor Juan Alberto Nader, neurólogo y del doctor VíctorFernando López, director del Grupo Interdisciplinario de Salud Mental y gerente médico del Grupo Roche Syntex México, para la elaboración de este artículo.  

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