Históricamente, la mujer mexicana ha enfrentado un problema severo de desigualdad laboral, el cual, desafortunadamente, a la fecha sigue estando presente en nuestro país.
Y es que a pesar de los pequeños pasos que se han dado en materia de inclusión, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en México la tasa de participación laboral femenina aún no consigue superar el 50%.
Este porcentaje lo corrobora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), quien advierte que un 53.7% de las mujeres de nuestro país realizan en su mayoría trabajos que no son remunerados.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, elaborada por la misma institución, al 2015 en México únicamente un 41.9% de las mujeres eran asalariadas y apenas un 19.8% empleadoras.
Puestos de alta dirección
Esta tendencia se incrementa si hablamos de cargos de alta dirección en las empresas, los cuales hoy son ocupados sólo en un 28% por mujeres, según los datos que arroja el Reporte Grant Thornton Women in Business.
Con este porcentaje, México se posiciona como el cuarto país en América Latina, ubicándose muy por detrás del líder de la región, Colombia, donde las mujeres ocupan un 53% de los puestos de alta dirección.
“Aun cuando nuestro país ha ido aprobando leyes que tienen como objetivo romper con este problema, la brecha de género que existe al hablar de puestos de alta dirección en las empresas sigue siendo muy grande”, explica María del Carmen Bernal, Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD).
En entrevista con Alto Nivel, la titular del organismo perteneciente al IPADE Business School, sostiene que esta situación es insostenible, ya que no afecta únicamente a las mujeres que no alcanzan a ocupar estos cargos, sino también a estas empresas y en conjunto a la economía mexicana.
“Este no es un tema de moda, de simple cuota de género o de representatividad, sino de que puedan tomar los cargos de alta dirección las personas que verdaderamente lo merecen, por preparación y capacidades”, sostiene.
Dificultades para conseguir el cargo
¿Cuáles son las razones principales por las que a las mujeres se les dificulta llegar al alto mando? La principal, según revela la evaluación de Grant Thornton, son sus labores de maternidad (28%), que muchas veces es factor para rechazar los puestos o, incluso, a no ser consideradas desde un inicio.
En segundo lugar está la saturación de obligaciones familiares (24%), mismas que continúan siendo asumidas casi en su totalidad por las mujeres, detalla Bernal.
En tercera posición está el hecho de que aún son pocas las mujeres las mujeres que se candidatean a puestos de alta dirección (20%), ya sea porque consideran desde un inicio que no tienen oportunidad de obtenerlo o porque creen que su entorno personal o familiar les impedirá desempeñarlo.
Posteriormente están los prejuicios de género por parte de los ejecutivos de alto rango de las compañías (19%), quienes muchas veces, sin razón alguna, descartan a las mujeres de estos puestos, menciona la experta.
Para terminar con estos obstáculos, la encargada del CIMAD sostiene que la clave está en que las empresas fortalezcan estructuralmente el acompañamiento que brindan a las mujeres que laboran para ellas.
“Es necesario que las compañías trabajen fuerte para crear condiciones que permitan a las mujeres y, por qué no decirlo, también a los hombres, a conseguir una mayor integración de vida personal, familiar y profesional; deben ser mucho más flexibles en este sentido”, destaca.
¿Dónde están hoy las mujeres ejecutivas?
Acorde a un estudio realizado por la consultora antes mencionada, el sector empresarial que más cuenta con mujeres en cargos de alta dirección es el educativo con un 51%, seguido por la hospitalidad (turismo, principalmente) con un 37%.
Después se ubica el sector de servicios financieros, con 29% de los puestos de alto rango ocupados por mujeres, y el médico, que cuenta con el mismo porcentaje.
En contraparte, las áreas con menor presencia femenina en cargos ejecutivos son la energética, con 16%, y la minera, que se queda último lugar con un pobre y lejano 12%.
Respecto a las posiciones de mando, María del Carmen Bernal señala que la mayoría de las mujeres en cargos de alta dirección tiene con 27% la jefatura de las áreas de recursos humanos, seguido del puesto de director financiero o CFO (18%) y corporate controller (14%).
En cambio, los dos cargos de alta dirección empresarial menos ocupados por las mujeres son la de CEO, con apenas un 9%, y la de CIO (Chief Information Officer), con sólo el 4%.
Mujeres millennials por el cambio
Para la titular del CIMAD, el problema de exclusión femenina de puestos de alta dirección puede erradicarse gracias al empuje de las mujeres pertenecientes a la generación millennial.
“Las mujeres jóvenes están presionando muy fuerte para que las estructuras en su interior cambien; ellas quieren asumir los puestos de liderazgo sin descuidar su vida personal, por están exigiendo una transformación necesaria”, comenta.
Bernal indica que, por el lado de los hombres, también las cosas han cambiado: cada día son más los que aportan a las labores familiares y del hogar, permitiendo así a las mujeres la búsqueda de estos puestos en las empresas.
El verdadero cambio en la situación laboral de las mujeres no se dará a la velocidad que nos gustaría, añade la experta. Esto porque se trata de un problema cultural que México ha experimentado históricamente; sin embargo, hoy existen elementos que nos permiten considerar que las cosas están tomando un nuevo camino, concluye.
Fuente: www.altonivel.com.mx / Por: Alejandro Medina González
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
Contacto: dir@tudecides.com.mx
Nota: Por lo general todos los artículos cuentan con fuente y autor del mismo. Si por alguna razón no se encuentra, lo hemos omitido por error o fue escrito por la redacción de TuDecides.com.mx.