Realizando por más de 30 años la actividad de banca de inversión, en FGA Banqueros de Inversión nos hemos percatado que existen diferencias importantes entre los empresarios mexicanos en comparación con los empresarios estadounidenses.
Una de las diferencias más importantes es que el empresario estadounidense crea sus empresas con la idea de generar riqueza, empleos, y activar la economía; todo ello bajo un esquema estructurado de forma institucional y sin mezclar las finanzas personales con las de la empresa. Por el contrario, la gran mayoría de empresarios mexicanos inicia actividades con un esquema poco estructurado y sin institucionalización, centrando todas las decisiones en una sola persona y en ocasiones contaminando la situación financiera de la empresa con aspectos personales e incluso familiares, sin transgredir el cumplimiento de la legislación aplicable.
La visión del empresario estadounidense es crear valor en un plazo determinado de tiempo y posteriormente desinvertir ya sea mediante la venta de su empresa o bien fusionándose con otras, obteniendo retornos importantes por ello. Por su parte, el empresario mexicano crea sus empresas con la idea de quedarse con ellas e incluso forjar un patrimonio para las generaciones venideras, haciendo que en ocasiones el retorno sobre la inversión sea difícil de evaluar a través del paso del tiempo.
Con base en esa visión empresarial es que en Estados Unidos la actividad de fusiones y adquisiciones es sensiblemente mayor que en México, dejando en un segundo plano aspectos como la capacidad económica y la diferencia poblacional entre ambos países.
En los procesos de fusiones y adquisiciones, la información financiera y contable juega un papel muy importante ya que en la medida que ésta esté completa, clara y se encuentre actualizada resulta sencillo la aplicación de diversas metodologías financieras para determinar el valor de la empresa a través de la capacidad de generación de flujos o mediante la utilización de información de mercado (múltiplos).
Sin embargo, en las empresas mexicanas, debido a la forma como están estructuradas y administradas, en ocasiones resulta complejo establecer un valor ya que la información financiera contempla no sólo aspectos corporativos, los cuales hay que aislar de la información histórica para poder elaborar una proyección financiera que muestre la capacidad de generación real de flujos. Lo anterior, no siempre es visto con buenos ojos o fácilmente aceptado por quien tiene interés en asociarse o invertir en la empresa, situación que lleva a que los procesos de auditoría, comúnmente denominados Due Diligence, se hagan más extensos, o bien se requieran mayores garantías por parte de quien hará la inversión.
En conclusión, con la finalidad de conformar un entorno de mayor competencia en donde los empresarios puedan capitalizar sus ideas y convertirlas realmente en negocios exitosos, generadores de valor y ampliamente rentables, es conveniente plasmar desde un inicio las bases para ello, creándolas bajo un esquema institucional, profesionalizando su administración, aislando los aspectos personales de los inversionistas y llevando la administración y manejo de ella pensando en que podría ser vendida en cualquier momento. De esta manera, cuando se presente esta situación, el valor obtenido en una transacción de compra-venta o bien en un proceso de fusión, será el más elevado y realmente reflejará un retorno importante sobre la inversión y el esfuerzo puesto en ese proyecto.
Fuente: www.mundoejecutivo.mx MIGUEL ÁNGEL RAMOS-Socio de la firma FGA Banqueros de Inversión
Publicado por: TuDecides.com.mx
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