Quizás me haya inventado la palabra “excusitis” pero si no existe, debería existir.
Cuando entramos en un análisis de las personas exitosas, y de aquellas que no lo son, encontramos que aquellos que nunca llegan a sus metas o que fracasan en cuanto proyecto comienzan, padecen de esta enfermedad que yo le he llamado excusitis.
Cada persona que fracasa en la vida, tiene la enfermedad en estado avanzado, y aquellos que están en el proceso de fracasar, tienen los síntomas de la enfermedad que ojalá no llegue al estado avanzado.
La excusitis explica la diferencia entre las personas que van a llegar alto o que van a contribuir muy positivamente a nuestra sociedad y la persona que todo lo que hace es sobrevivir, vivir día a día sin muchas esperanzas de un futuro mejor o de lograr metas que todo ser humano tiene el derecho de lograr.
Mientras más exitosa una persona, menos propensidad o menos inclinada está a utilizar excusas. Pero aquel que no llega a ningún sitio y lo que es peor, no tiene planes de llegar a ningún sitio, siempre tiene una carpeta llena de razones para explicar por qué es que no ha llegado o ni siquiera quisiera intentarlo. Son muy rápidas en explicar por qué no lo han logrado, por qué no lo logran, por qué no pueden y por qué no son lo que quisieran ser.
Es interesante que cuando estudiamos las vidas de personas exitosas vemos claramente que todas las excusas que los mediocres utilizan pudieran ser usadas por estas personas, sin embargo, no las utilizan.
Estas personas exitosas se enfrentan a obstáculos tan inmensos como las personas que siempre tienen excusas. Son personas que vinieron de una clase humilde o que padecen de alguna enfermedad o que no tienen muchos contactos en la vida o que no tienen tanta educación o los medios para adquirir los recursos que necesitan, o que tienen hijos y no pueden estudiar de noche o que el jefe no los escucha o que la empresa no los valora o que la competencia los tiene locos, etc. etc. etc.
Sin embargo, esas personas siempre se sobreponen a todos esos obstáculos y producen resultados a diferencia de los enfermos de excusitis que todo lo que producen son excusas .
Nunca he conocido a una sola persona exitosa que no haya tenido una magnífica excusa de donde agarrarse para explicar el por qué no logró su meta.
Hirotada Ototake se podía haber escondido detrás del hecho de que no tiene ni piernas ni brazos y sin embargo, se gradu? de la Universidad y escribi? un libro. David Ring se hubiera podido escudar detrás del hecho que padecía de una enfermedad cerebral que no le permitía hablar normalmente y sin embargo, se convirtió en un excelente orador. Scott McFarlane se podía haber enganchado de un pequeño problema que tenía, ser ciego, para no competir en ningún deporte y convertirse en un ser marginado sin ningún valor para la sociedad. Sin embargo, no permitió que el ser ciego lo limitara y ha ganado cientos de medallas de oro en el deporte de lucha libre, juega golf y es un excelente orador motivacional.
Mugsy Bogues tenía la excusa perfecta para nunca haber llegado a jugar en la NBA, la liga de baloncesto profesional en los Estados Unidos, porque medía 1,52 metros o 5 pies 2 pulgadas. No aceptó esa excusa y jugó por diez años en esa liga profesional.
Dominique Bauby, editor de la revista Elle, sufrió un derrame cerebral el cual lo paralizó totalmente con la excepción de que podía mover solamente la pestaña izquierda y sin embargo eso no fue razón para que dejara de escribir un libro haciendo un recuento de todo lo que le sucedió.
Como toda enfermedad, la excusitis se agrava si no es tratada adecuadamente. Una víctima de esta enfermedad mental pasa generalmente por un proceso de pensamiento que sigue más o menos la siguiente lógica. “¿No me está yendo bien, que excusa tengo para que no me esté yendo muy bien y así al menos salvar mi honor?” ¿A ver, será mi salud que no está tan buena? ¿Será que no completé mi carrera universitaria? ¿Soy demasiado viejo para hacer esto? ¿Demasiado joven? ¿Tengo mala suerte? ¿Mi esposa me está volviendo loco porque es negativa y me ataca constantemente? ¿Es la forma que me criaron?
Una vez que la víctima de esta enfermedad escoge la excusa, se pega a ella como una lapa, y empieza a utilizarla con todos los conocidos y amigos. Al usar la excusa todo el tiempo, esa excusa se va adentrando en el inconsciente de la persona. Recuerden que los pensamientos, positivos o negativos se fortalecen con la constante repetición. Así que si constantemente nos repetimos estas excusas, llega el momento que nos creemos estas excusas y ya entonces se convierten en verdad. Me explico, al principio de la excusa sabemos internamente que es una mentirilla, pero al repetirla constantemente, esa excusa se convierte en una verdad irrefutable y nos servirá como bastón para apoyarnos en ella para el resto de nuestras vidas y moriremos fracasados sin haber conseguido nuestras metas.
Hay que vacunarse contra esta enfermedad, la enfermedad de los fracasos, las desilusiones y la negatividad.
Hay muchas vacunas que usted se puede poner para evitar la enfermedad o curarla.
1. Adquiera materiales sobre motivación y auto ayuda y aplíquelos en su diario vivir.
2. Haga amistad con personas exitosas que obviamente no padecen de la enfermedad.
3. Pertenezca a redes de personas triunfadoras.
4. Elimine las personas negativas de su vida.
5. Cambie su actitud y tome la decisión de erradicar las excusas de su vida.
Había una vez un excelente golfista que sólo tenía un brazo. Le preguntaron cómo con un solo brazo podía ser tan buen golfista y contestó “según mi experiencia, la actitud correcta y un solo brazo, le ganan a una mala actitud y dos brazos todo el tiempo”.
Piensen en eso. No sólo es verdad en el terreno de golf sino en el juego de la vida.
Publicado por: TuDecides.com.mx
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