Los emprendedores que consiguen superar los primeros años aprenden a dejar que las recompensas de la libertad dejen al margen la ansiedad de “¿qué tal si fracasa?”. Adquieren una devoción al ritmo de dirigir su visión y de no tener horarios convencionales.
En los últimos 30 años como empresario, cientos de emprendedores actuales y aspiracionales me han preguntado cómo crecer “siendo tu propio jefe”. He estudiado los casos de aquellos que ganan y fracasan aprendiendo los secretos del éxito sostenible.
Pero como mi padre emprendedor siempre decía: “Dirigir un negocio exitoso es muy parecido a perder peso; los principios son simples, pero la práctica es difícil”. Aquí comparto mis cuatro principios para ser un emprendedor exitoso. Les llamo mantras porque los repito todos los días:
Crea una obra maestra diariamente.
Debido a que cada día como emprendedor es un día en el que inventas, conviértelo en una obra maestra. A nadie le importaba que Miguel Ángel pintara la Capilla Sixtina por cuatro años en una posición tan incómoda que generalmente le generaba problemas de salud. Simplemente admiramos el resultado. De la misma manera, a nadie le importa cuántos mails envíes, cuántas llamadas realices o a cuántas reuniones asistas. Sólo importan los resultados concretos; el esfuerzo incansable es únicamente lo que hiciste para llegar a ello.
Los creadores de obras maestras no actúan como si fueran pasajeros de un crucero que los transporta al retiro. Asumen la responsabilidad por su propio destino y nunca se esconden.
Sé un portador de alegría a aquellos que sirves.
Los emprendedores exitosos son portadores de alegría, transmitiendo un espíritu inspirador a las personas que le rodean. Piensan positivamente, asumen el éxito y trabajan con una visión clara de lo que quieren ser, no sólo de lo que tienen que hacer. El espíritu no se hereda, adquiere o presta. Uno elige el espíritu al igual que elige presentarse con un desconocido. Aquellos que son exitosos, tienen un espíritu positivo, alegre y feliz. Los emprendedores grandiosos son atrevidos y valientes y sus espíritus son contagiosos.
Asume completa responsabilidad por tus resultados.
Jugar el juego de la culpa no te librará de la responsabilidad. Los clientes nunca se mueven por excusas falsas y no dudan en cambiar de proveedor, servicio o producto cuando alguien fracasa en cumplir su promesa. Llegar tarde es una señal de falta de compromiso, sin importar cuál sea la excusa. No estar preparado demuestra que no te importa tu cliente, a pesar de los pendientes que hayas tenido que atender el día anterior. Los ganadores llegan temprano y listos para desempeñarse y sólo les interesan los esfuerzos que los dirigen a los objetivos.
Sé ambos: un marketer y un hacedor.
Los emprendedores exitosos son ambas cosas: promotores impulsados y naturales. Esto significa que no debes enfocarte únicamente en tu producto, servicio o solución –también debes promocionar tu trabajo. Ralph Waldo Emerson escribió “Si un hombre tiene buen maíz o madera, o tablas o cerdos para vender, encontrarás una fila fuera de su casa, aunque esté a la mitad del bosque”. Ralp no tenía idea de la promoción efectiva. Pero los grandes trabajos merecen reflectores –y los emprendedores exitosos se aseguran que eso permita que el mercado sea influenciado.
Ser emprendedor puede extraer sudor y lágrimas, así como miedos y noches en vela. Seguir estos cuatro mantras puede ayudarte a convertir el reto en aventura; las recompensas irán mucho más allá de una cuenta bancaria gorda y una larga red.
Fuente: www.soyentrepreneur.com / Por Chip R. Bell
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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