Desde el mismo nacimiento de Neology, la única compañía mexicana que exporta tecnología a Asia, sus fundadores imaginaron que sus productos tendrían impacto a nivel mundial.
"Siempre hay que comportarse y conducir a tu empresa como esperas que sea en el futuro", dice Fernando Pérez de Velasco, vicepresidente corporativo de la firma.
¿Cuál fue el primer paso? Detectar una oportunidad de negocios en una industria en la que México no suele competir a nivel mundial: la tecnología. "En el año 2000, la falsificación de documentos oficiales era un problema en todo el mundo, por lo que decidimos cubrir esa necesidad y desarrollar dispositivos de alta seguridad de escritura y lectura inalámbrica", señala.
Junto con Francisco Martínez y Ramón Bautista, sus dos socios, el emprendedor descubrió que los chips no sólo podían contener 200 veces más de información que un código de barras, sino que además podían reescribirse con niveles de seguridad mucho más altos. Con una inversión inicial de US$10.000, desarrollaron un chip más veloz y que podía ser leído desde más lejos, a través de un sistema de identificación vía radiofrecuencia (o RFID, por sus siglas en inglés).
Tan ambicioso era el producto como el tipo de clientes al que iba dirigido. En ese momento, los gobiernos de varios países requerían hacer más seguros sus sistemas de control, por lo que el primer prospecto en México fue el gobierno federal.
Pero para lograr avanzar en la construcción de una "gran firma", era necesario sustentarla con un buen plan de negocios. "Todo emprendimiento debe tener una estructura que dé seguridad a los involucrados, y para ello hay que tener clara la misión, la visión y los alcances de la compañía", asegura el emprendedor.
También había que impulsar el desarrollo con productividad. Por lo que Neology adquirió en 2002 una empresa ensambladora de chips en San Diego, California, con lo cual logró una ventaja competitiva que se reflejó en mejores tiempos y menores costos de producción.
Así, con un objetivo claro y el respaldo de un producto único, los contratos comenzaron a llegar. Para su primer gran cliente, el gobierno mexicano, Neology desarrolló una aplicación para control vehicular en los 45 cruces fronterizos entre EU y México. En este rubro también ganaron contratos para el monitoreo del transporte público en Río de Janeiro, en Brasil, y el control de carreteras en Costa Rica y Panamá. "El primer hit te acredita y lo puedes usar como punta de lanza", afirma Pérez de Velasco.
Su responsabilidad en la empresa fue atraer nuevos inversionistas. Y así involucró a proveedores y colaboradores en la construcción de un sistema de operación vertical que ofreciera soluciones integrales a los clientes. "En esta industria no bastan las genialidades tecnológicas, hay que crear una cadena de valor que sustente la rentabilidad. Cuando un proyecto es muy novedoso, la clave es transmitir certidumbre", indica.
Casi 30 patentes tecnológicas otorgadas y más de 90 en proceso son los valiosos activos que ubican a Neology como una de las tres compañías de dispositivos de seguridad via radiofrecuencia más importantes del mundo. "Nunca te conformes con el mercado interno", advierte el empresario.
Fuente: www.SoyEntrepreneur.com / Por: Ana Paula Hernández Alday
Publicado por: TuDecides.com.mx
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