“Sólo aquellos que se atreven a fallar en grande no conseguirán nada” -Robert F. Kennedy. En una columna reciente del New York Times “Las startups de Amércia: Nuestra mayor esperanza” Thomas Friedman compara el malestar en Washington DC con la cultura de "poder hacerlo" de Silicon Valley.
Se acerca demasiado al secreto del éxito económico de una startup cuando escribe:
“Silicon Valley: donde no hay límites en tu imaginación y el fracaso en el servicio de la experimentación es una virtud. Washington: donde la “imaginación” para intentar algo nuevo es ahora una enfermedad mental tratable cubierto por el cuidado de Obama y el fracaso en el servicio de la experimentación es un crimen. Silicon Valley: inteligentes como somos. Washington: tontos como queremos ser”.
No es ningún secreto que el fracaso es nuestro mejor maestro. El miedo a la ruina es sorpresivamente penetrante en ejecutivos y las organizaciones que manejan. Mientras que las compañías triunfan y crecen, el espíritu de que no tenemos nada que perder, que iluminó al negocio en el primer lugar, comienza a tener baches. Lo “grandioso” le da lugar a lo “suficientemente bueno”
Una de las grandes lecciones de Silicon Valley para el resto de la América corporativa es la manera en que las startups se inoculan a ellas mismas de la aversión al riesgo. En NerdWallet, tratamos de construir una compañía de los triunfos de los campeones que frecuentemente están construidos primero en el fracaso.
Esto es lo que hemos aprendido con este enfoque:
Celebra el fracaso de manera pública.
Dentro de la oficina de NerdWallet está la “pared del fracaso” la cual está adornada con post-its de lecciones aprendidas como la de nuestro CEO Tim Chen: “Traté de externalizar las relaciones públicas a una agencia, con la generación de ideas y todo. Tuvimos cinco hits de prensa en seis meses”.
Admitir honestamente las fallas de nuestro CEO, los gerentes y otros empleados y exponerlas para que todo mundo las vea, marcó la pauta para la empresa. De todas maneras el sentimiento expresado no puede ser solamente una placa en la pared.
Cultiva una cultura de experimentación.
Los empleados deben pensar de cada acción como un experimento en lugar de algo en lo que van a ser evaluados con “aprobado” o “reprobado”. El método científico nunca ve un experimento como un fracaso, el esfuerzo nos da información, eso lleva a un conocimiento mayor sin importar el resultado. Aunque la acción le costará dinero a la compañía, al justificar el riesgo y el potencial de mejorar, vale la pena la inversión.
Por otra parte, es importante el hecho de que a los empleados se les permita – de hecho se espera de ellos—que lleguen a ser motivadores poderosos. Sin eso, el peligro de caer en un mal hábito de sólo hacer las cosas que saben que funcionarán, será la fórmula para un trabajo sin inspiración. Puedes acumular pequeñas victorias, pero nunca verás una mejora exponencial.
Sé honesto contigo mismo y con los otros.
Ha habido una serie de culpas de los líderes de startups fallidas. En enero, los fundadores de Drawquest, Outbox y Prim discutieron con extraordinario candor porqué sus bebés fracasaron. En lo que debió haber sido una verdadera pérdida personal, se les habría perdonado si hubieran escogido esconderlo en el cuarto de atrás. En lugar de eso le dieron autopsias a sus fracasos de la manera más pública, ¿por qué?
En Silicon Valley (y otros ecosistemas de startup) no es necesariamente mal visto crear empresas y luego enterrarlas. De hecho, muchos fundadores de compañías fallidas encuentran más fácil recaudar dinero para su segunda empresa. Los inversionistas saben que están comprando experiencia y las lecciones aprendidas y de los esfuerzos frustrados.
En NerdWallet, empezamos juntas de negocios cada semana para discutir los triunfos y fracasos. Hacer esto requiere honestidad entre unos y otros y con ellos mismos.
Descubre los pasos siguientes.
El impulso en la mayoría de la América corporativa es minimizar los errores y barrerlos con una escoba debajo del tapete. Pero no puedes aprender lecciones a menos que examines qué fue lo que salió mal, necesitas sentarte con el fracaso y entender cuáles son los siguientes pasos. El aprendizaje debe ser procesable: debe cambiar tu comportamiento o tu estrategia.
Las lecciones aprendidas de esta manera en NerdWallet son ley. Cuando los precios del gas estaban muy altos en el 2011, gastamos una gran cantidad de dinero y tiempo al inventar una aplicación de comparación de precios que pensamos sería un éxito. Resultó que a nadie le importó. Lección aprendida: debemos hablar con los usuarios antes de escribir alguna línea de códigos. Eso ha sido invaluable en el éxito de las aplicaciones subsecuentes.
A nadie la gusta fallar. Nos lastima nuestro orgullo y nuestra línea de resultados, pero sólo a corto plazo. Una de las citas de nuestra “pared de fracasos” es la de Winston Churchill: “El éxito es tambalearse de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”. El éxito de la economía de starups de América fue construida al tejer esta idea en la tela de cómo hacer negocios cada día.
Fuente: www.soyentrepreneur.com / Por Jake Gibson
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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