En tu empresa, ¿quién eres? ¿El director? ¿El dueño? ¿Un líder? Aunque parecieran interrogantes obvias, son sin duda problemáticas de las empresas mexicanas. José Antonio Ruiz, socio director de Impulso Pyme, explica que cualquier persona que establece un negocio se convierte en emprendedor, pero la problemática viene cuando, al paso de los años, esa persona se convierte en un “todólogo”, no en un empresario o líder transformador.
“El problema es que no delegan y se dedica a lo urgente y no a lo importante. Sucede mucho que en las medianas empresas el directivo no termina siendo un empresario, sino un autoempleado, porque si él no se encuentra al mando, la empresa acaba siendo él, y no funciona igual”.
Ruiz expone que esta figura directiva es común: el que hace los pagos, el que habla con proveedores, revisa mercancía, también vende, el que tiene que ver una falla en la maquinaria. Entonces, ¿qué hacer ante esta situación? El experto opina que uno de los primeros pasos debe ser entrar a procesos de institucionalización en la firma.
“Es un tema de madurez organizacional. La empresa debe funcionar con o sin el dueño. Y para lograrlo, una de las claves se encuentra en empoderar a la gente para que sea capaz de tomar las decisiones que se siente incapaz de asumir cuando se enfrenta a problemas que demandan acción inmediata. El directivo está para dirigir, no para ser el obrero más caro”.
El talento cuesta
Una parte medular en las empresas no sólo es contratar a personal calificado, sino también encontrar talento. Y en ese sentido, el departamento de Recursos Humanos es fundamental para ubicarlo.
“El talento cuesta, pero hará crecer tu empresa. Cuando un directivo se queja que tiene gente incompetente, es que el principal incompetente es él, porque no ha sabido invertir en la gente, en capacitarlos, en enseñarles cómo se trabaja en equipo y hasta quizá ofrecerles un plan de carrera. Los resultados siempre irán acompañados si las estrategias están alineadas en toda la organización”, abunda.
Trascender
Quizá uno de los primeros pasos que pueden dar los dueños de una empresa es poner a alguien a dirigirla.
“Empieza con un director o un subdirector que te reporte. Entonces el dueño se puede dedicar a atraer negocios mediante networking, a pulir las estrategias diferenciadoras que se les va a ofrecer a los clientes y enfrentar la competencia. Luego puede venir la implementación de un gobierno corporativo, y entonces habrán dado un paso muy importante hacia la institucionalización”, concluye Díaz.
¿Cifras de un dígito?
Los tiempos ya no están para solamente ofrecer precio y calidad, sino una oferta de valor que el cliente aprecie. Mientras las empresas estén facturando piensan que les va bien, pero no pasan de un dígito. Venden, pero no ganan. Alcanzan ventas por decir, 10 millones de pesos y tienen una utilidad de 4%. Hoy lo ideal es que la utilidad sea de 2 dígitos, de 10 para arriba sería lo mejor.
Fuente: www.mundoejecutivo.com.mx / Gerardo Esquivel
Publicado por: TuDecides.com.mx
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