¿Te sientes estancada y ves que tu negocio no tiene los resultados que quieres, o que directamente no es lo que pensabas que sería? Quizá lo pusiste en marcha con muchas ganas y motivación y ahora ya no te da tanta satisfacción, y no estás segura de qué hacer a continuación. ¿Sigues, lo dejas, cambias algo?
Si estás en esa situación, el primer paso que tienes que dar es averiguar cuál es exactamente el problema. Porque si no sabes lo que falla no podrás solucionarlo. Esto parece obvio pero a lo mejor no te has parado a considerar qué es lo que pasa, y simplemente te has dejado llevar por el desánimo y la rutina del día a día, ¿me equivoco?
Dentro de las muchas situaciones posibles hay cuatro que son especialmente frecuentes entre mis lectoras o clientes:
1. No estás satisfecha con tu negocio porque en realidad nunca ha sido tu idea.
Quizá te has dejado llevar por algún familiar o amigo que te contagió su ilusión y ahora te encuentras con que a ti no solo no te motiva la idea, sino que es casi una agonía. No disfrutas, no empleas tus habilidades y ya no sabes cómo salir de esa situación porque la idea de dejarlo te hace sentir culpable, no sea que se vayan a enfadar contigo. Y no sólo eso, sino que a lo mejor lo que te para es que no sabes qué hacer si lo dejas, dónde o en qué trabajar.
2. Tu negocio te encanta, o te encantaba en un principio, pero estás tan estresada que no tienes tiempo para nada. Te pasas el día ocupada, no en lo que más te gusta, sino en otro tipo de tareas imprescindibles para tu negocio pero que te están quitando la ilusión y la energía. Estás agobiada y te empiezas a cuestionar si de verdad merece la pena, porque esto no es lo que tenías en mente y no sabes cómo salir de la situación sin abandonarlo todo.
3. Empezaste tu negocio con mucha ilusión y muy motivada, pero llevas ya un tiempo sin ver resultados o no con continuidad y eso hace que te desanimes y empieces a dudar de tus habilidades o de tu idea. ¿De verdad vales para esto? ¿Y si mejor lo dejas y buscas trabajo? Esto es muy frecuente en las primeras etapas de un negocio, cuando todavía no tienes suficientes ingresos para ganarte la vida o cuando tienes muchos altibajos, que te causan inseguridad y estrés. De hecho, es una de las razones por las que se cierran negocios, porque no se aguanta esta etapa.
4. Las cosas te van bien, no te puedes quejar, pero te falta algo. Has perdido la emoción y motivación del comienzo y no sabes cómo recuperarlas. Además te cuesta hasta reconocerlo, justo ahora que tienes clientes, empiezas a ser reconocida y te va económicamente bien…
¿Te sientes identificada con alguna? Las cuatro son muy frecuentes, incluso puedes experimentar varias en distintas etapas. De hecho es bastante frecuente pasar del 3 al 2 y luego al 4. Por ejemplo, cuando yo empecé pasé por un período de dudas e inseguridad relacionado con la falta de clientes y de movimiento. Es una etapa agobiante porque dudas de todo y eso hace que no te centres en lo necesario para sacar adelante tu negocio, sino en tus creencias limitantes. Una vez pasada esa etapa entré en la situación número 2, un poco de descontrol, estrés y sin tiempo para hacer lo que mas me gustaba: atender a más clientes y generar nuevas ideas. Eso me llevó a la cuarta situación, la pérdida (temporal, afortunadamente) de ilusión y motivación.
Lo importante aquí no es evitar que te pase eso, sino identificar cuanto antes qué es lo que te pasa a ti para después decidir cuál es el siguiente paso a dar. En el próximo artículo te hablaré de las soluciones a estas cuatro situaciones. Mientras tanto, párate a pensar cuál es tu caso, y si no es ninguno de estos cuéntamelo en los comentarios.
Fuente: www.gestiopolis.com / por: Aida Baida Gil -
Publicado por: TuDecides.com.mx
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