MADRID (AP) — No son la Inquisición, pero en España pueden producir un pánico similar. Viajan en coche y visten de forma elegante, algunos incluso de rigurosa etiqueta. Son cobradores de deudas y para ellos, la crisis económica es una buena noticia.
El Cobrador del Frac es una empresa española dedicada a atosigar sin cuartel al moroso para recuperar el dinero que debe. Nació hace 20 años con una imagen corporativa de gran éxito por su peculiaridad.
Sus persistentes cobradores no sonríen y su trabajo dista mucho de ser amable, pero eso no impide que se presenten en algunos domicilios para reclamar pagos pendientes ataviados con sombrero de copa y un impecable frac.
¿Cómo se puede reaccionar a una situación tan inesperada? "Algunos sienten vergüenza, otros no. Lo que está claro es que a nadie le gusta que le visitemos", explica Juan Carlos Granda, director comercial de la firma.
Inversores a la fuga, mercados bajo mínimos y familias con el agua al cuello. La economía española vive en la cuerda floja debido al hundimiento del sector de la construcción, una tasa de desempleo del 11.3%, la más alta de toda la Unión Europea, y una inflación cercana al 5%.
La morosidad sube a la vez que escasea la liquidez financiera y, como consecuencia, compañías como El Cobrador del Frac entran en juego.
"Con respecto al año pasado, ya hemos aumentado en un 40% la demanda de nuestros servicios", asegura Granda.
En la sede de la empresa en Madrid, la actividad bulle y los empleados se afanan en la resolución de decenas de expedientes pendientes. "Morosos, lo tenéis negro", reza un cartel en uno de las salas de la oficina. En total, más de 500 personas trabajan para El Cobrador del Frac, que además posee una delegación en Portugal.
"Estamos ampliando plantilla y duplicando el trabajo. Creemos que la crisis no ha hecho más que empezar. Si seguimos así, igual tenemos que seguir abriendo oficinas", señala Granda.
Según el Banco de España, la morosidad de los préstamos concedidos por bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito a particulares y empresas subió durante el primer semestre de 2008 hasta el 2.15%, la cifra más alta en 10 años.
Es entonces cuando El Cobrador del Frac toma cartas en el asunto. Normalmente, las entidades bancarias se ocupan de las deudas hipotecarias, pero esta compañía se ofrece a otras empresas para encargarse de sus pagos pendientes a cambio de una comisión.
Es decir, se formaliza una contrato mediante el cual El Cobrador del Frac se compremete a recuperar la deuda de su cliente y, a cambio, se queda con una parte de ese dinero.
"Nosotros ofrecemos dos servicios: la recuperación de créditos, es decir el cobro de morosos, y también contamos con un servicio de prevención. Se trata de un banco de datos, en el que los clientes pueden saber si alguien con el que van a emprender algún negocio está en nuestro archivo por algún impago", cuenta.
Más de la mitad de los empleados de El Cobrador del Frac se dedican exclusivamente al reclamo de deudas puerta a puerta. Dice el responsable comercial de la empresa que los cobradores sólo visten frac en algunos casos muy especiales, pero todos los coches de la empresa van rotulados con esa imagen.
"La idea era montar un logotipo que llamase la atención. El frac, la chistera... Es la marca que nos distingue. Nos hace ser muy conocidos", reconoce.
En principio, según Granda, antes de enviar un cobrador se intentan diversas vías para cumplimentar los pagos. Primero, se hace llegar una carta certificada al moroso para notificarle la deuda y después se intenta cerrar un acuerdo para saldarla.
"Si no logramos localizar al moroso, vamos a visitarle a su casa las veces que haga falta para persuadirle con nuestros agentes y los coches rotulados que todo el mundo identifica", explica.
Granda reconoce que, a pesar de la insistencia, es imposible resolver todos los casos, porque a veces o no se logra encontrar al moroso o se comprueba que esta persona no dispone realmente de dinero.
"Es imposible cobrar todas las deudas, pero nuestro porcentaje de éxito está en un 70% más o menos", precisa.
Anuncios constantes en medios de comunicación y 20 años de trayectoria han convertido a El Cobrador del Frac en una empresas conocida y temida.
Además, no dudan en dignificar su trabajo, eso sí, de una forma un tanto peculiar. En su página web se comparan con el genial Miguel de Cervantes. "El Quijote no sería lo que fue de no haber sido Cervantes cobrador", dicen de sí mismos.
El escritor español trabajó a finales del siglo XVI como cobrador de impuestos, un empleo que le acarrearía numerosos problemas y disputas puesto que era el encargado de ir casa por casa recaudando un dinero que en su mayoría iba destinado a cubrir las guerras en las que estaba inmiscuida España.
"Cervantes es un poco nuestro antecesor. El fue el primer cobrador de morosos", considera Granda.
Fuente : www.cnnexpansion.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
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