Hace unos meses, recibí una oferta de negocio. Fue de un conocido con el que tenía una buena relación, y la oferta se basaba en algo que de lo que habíamos discutido y acordado verbalmente en el pasado. Sin embargo, paso algún tiempo desde nuestra última conversación, y las cosas habían cambiado.
Yo ya no estaba interesado en la oportunidad, pero no sabía muy bien cómo decírselo. No quería poner en peligro nuestra relación y todas las potenciales oportunidades de trabajo debido a esto.
Por lo que demoré en responder el E-mail. Lo puse en una carpeta titulada “responder más tarde ” y me dedique a otras cosas. Cada tanto, cuando revisaba mi carpeta, veía el mail y pensaba “Ah, contestaré más adelante”. Me pregunté si estaría enojado, sabiendo que yo había cambiado de opinión. A veces contemplaba no responder en absoluto, pero pensé que no sería apropiado, sobre todo porque nos conocíamos y teníamos un amigo en común también.
Finalmente, un día, decidí hacerlo y responder ese mail. Escribí el mail, y embellecí algunas palabras. Me disculpé por mi respuesta tardía y, al mismo tiempo le expliqué sinceramente cual era mi situación y que no tenía planes de aprovechar esa oportunidad en el futuro. Luego de releerlo, hice clic en “Enviar” y esperé lo mejor.
10 minutos luego de enviar el mail, para mi sorpresa, recibí una respuesta. Era temprano en la mañana (8 a.m.) y no pensé que estaría en la oficina. La respuesta fue muy amable. Dijo que no había ninguna preocupación en absoluto, y que me deseaba un gran año. Así como así. Ya estaba todo hecho.
¿Alguna vez has tenido que decir NO y sentirte en conflicto por hacerlo? Muchas veces logramos más cosas diciendo “NO”, tememos que cometeremos un crimen horrible diciendo que “NO”. En nuestras cabezas, nos da miedo que la gente se enoje, que nos odien, que seremos buenos al hacer las cosas difíciles de los demás.
La cosa es que muchos de estos pensamientos los creamos nosotros mismos, y no son reales. Decir NO es realmente un privilegio, y no debería ser tan difícil como lo hacen parecer. Se trata de aprender a hacerlo. Aquí tienes 6 consejos sencillos para aprender a decir NO:
1. Date cuenta de que está bien decir que NO
No importa a quién le estés hablando y cuál es la situación, tienes derecho a decir NO. La única razón por la que sientes que no tienes ese derecho, es porque tú elijes renunciar al él. En lugar de pensar que no podemos decir que NO, aprendamos como decirlo de manera que la otra parte pueda entenderlo y aceptarlo.
Incluso si es tu jefe o alguien de mayor jerarquía con la que estés tratando, y no sientes que puedes decir NO, date cuenta de que es tu elección decir que SÍ, porque no estás dispuesto a lidiar con las consecuencias de decir NO. En última instancia todo en la vida se reduce a nosotros y a las decisiones que tomamos.
2. Conoce tus prioridades
¿Cuáles son tus metas más grandes de este año? ¿Prefieres pasar tiempo en estas metas, o en este nuevo compromiso? Conocer tus metas refuerza tus razones para decir NO. Por ejemplo, desde hace un tiempo, decidí dejar de tomar peticiones de charlas/talleres, ya que cada compromiso toma tiempo y esfuerzo y no vale la pena el esfuerzo de hacerlo más de forma gratuita. También decidí decirle que NO a los compromisos locales, ya que requerirían que me quede en Singapur, y mis planes para el próximo año implican viajar al extranjero. Conocer mi visión y mis planes hizo que decir que NO sea mucho más fácil.
3. Escribe todo primero
Si no estás seguro de cómo empezar, vuelca todo lo que hay en tu mente en un mail primero, sin la intención de enviarlo. Pueden ser cosas sin sentido. Pueden ser pensamientos de frustración. Trátalo como un borrador. El hacer esto te ayudará a ordenar tus pensamientos. Después de terminar de volcar tus pensamientos, encontrarás mucho más fácil sacar tu respuesta real de ahí. Esto me funciona siempre.
4. Mantenlo sencillo
No hay ninguna necesidad de sobre-explicarlo. Simplemente di que NO, y da la razón principal del por qué. Algunas personas cometen el error de escribir una larga carta/mail explicatorio, y eso es innecesario. No sólo confundirán a los otros con los detalles, sino que también debilitará tu posición. En los mails donde rechazo, generalmente los dejo en 3 párrafos – El primer párrafo como un saludo, y el segundo párrafo con mi rechazo y una breve explicación del por qué. En el último párrafo, doy un par de opciones alternativas donde él o ella puedan buscar (ver el consejo # 5).
5. Proporciona una alternativa
Esto no es necesario, pero si te sientes mal por decir que NO, puedes proporcionar una opción alternativa para amortiguar el efecto. Por ejemplo, si la persona quiere trabajar en un proyecto contigo, pero tú no puedes comprometerte en ello, puedes recomendarle algunas personas que puedan hacer el trabajo igual de bien que tú. De esta manera, la persona no se quedará colgada y podrá buscar entre esas opciones. Por lo general, en mis rechazos, ofrezco un par de opciones de cortesía.
6. Sólo di no
A veces me pregunto cómo decir NO, y al final voy con un sencillo “Lo siento, pero me temo que NO puedo aceptar” como respuesta. Sorprendentemente, las otras partes lo toman con mucha facilidad haciendo que me de cuenta de que la mayoría de los conflictos que tengo con decir NO, son más ilusiones propias que cualquier otra cosa. Mientras seas enfático, franco y respetuoso con la otra parte en tu respuesta, no debería haber ninguna razón por la cual habría algún problema.
¿Y tú? ¿Hay alguna solicitud a la que le estés pensando decir que no? ¿Cómo puedes aplicar los consejos anteriores al enviar tu respuesta? ¡Compártelo en el área de cometarios de abajo!
Escrito el 06/10/2011 por Celestine Chua. Celestine escribe en el blog The Personal Excellence Blog, donde comparte sus mejores consejos sobre cómo lograr la excelencia personal y vivir una vida mejor. Puedes añadirla en Twitter: @celestinechua. Si te gustó este artículo, disfrutarás de uno de sus artículos principales: 101 Things To Do Before You Die.
Fuente: http://www.dumblittleman.com/2011/06/learning-to-say-no-6-simple-tips-to-do.html
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