Mucho se ha hablado sobre el perfil ideal de un líder y éste consiste, según los expertos, en externar frente a sus colaboradores ciertas habilidades como: poder, ejecución, destreza y capacidad de guía. Sin embargo, existen otros factores que influyen estas habilidades de manera significativa y la personalidad es uno de ellos.
La personalidad es una de las características con las que el líder debe “cargar”, pero esta no se aprende en la escuela ni se adquiere en una maestría o doctorado; con ella se nace, se desarrolla y se perfecciona a lo largo de su vida, y es el carisma uno de sus componentes esenciales.
Cuántas veces no hemos visto o escuchado hablar de un líder cuyo carisma pareciera que le abre las puertas del cielo. De acuerdo con su libro “El mito del carisma”, Olivia Fox Cabane asegura que el carisma ha sido sobrevalorado y mitificado como algo no canjeable e inmanejable, una cualidad casi milagrosa de las que pocos gozan.
Y cuando los líderes sienten que no fueron "bendecidos con la gracia del carisma", repercute en cómo actúan y cómo los perciben los demás, a sufrir malestar mental y físico, lo que repercute en estados de ansiedad, insatisfacción, autocrítica y la duda de uno mismo.
Eso es lo peor que le puede pasar a un líder: sentirse atrapado por la inseguridad. La buena noticia es que estos estados de insatisfacción pueden corregirse.
En entrevista con AltoNivel.com.mx, Fox Cabane explica que el carisma no es un milagro o una cualidad concedida, al contrario, el carisma es una habilidad o disciplina, que al igual que el deporte, exige trabajo, práctica y el conjunto adecuado de herramientas.
Así que la perspectiva que deben tomar los líderes antes de caer en la desesperanza, es cómo desarrollar el carisma propio, el que sí tienen, de tal forma que mejoren su forma carismática natural a partir del desarrollo de técnicas y que su carisma inteligente resulte en una herramienta efectiva para la construcción y aplicación de su liderazgo.
Así que comencemos a desmitificar al anhelado carisma. Éste está compuesto por tres factores: presencia, poder y cordialidad, las cuales son demostradas a través del lenguaje corporal de la persona, que a su vez, éste es dominado por las emociones. Es por ello que el carisma puede ser maleable al conseguir un estado mental de confianza y seguridad.
Pasos para desarrollar tu propio carisma
Paso 1: Eliminar los obstáculos
a.- Elimina el estigma. Reconoce que este malestar de insatisfacción no es cuestión de tu personalidad, es un factor inhibidor que puede afectar a cualquiera. Haz del problema algo común.
b.- Neutraliza la negatividad. Es importante recordar que los pensamientos negativos no son saludables para ningún estado de ánimo, se necesita mantener un estatus positivo ante la problemática.
b.- Analiza tu entorno. Siempre se puede ser carismático, identifica cuáles son tus características que te permitirán serlo. Recuerda que todos somos distintos y que así como algunos pueden ser graciosos, otros agradables, otros tranquilos; el carisma, es igual.
Paso 2: Creer y confiar
El segundo paso es creer, de manera consciente, que existen estados mentales que ayuden a proyectar tu carisma. “Practicar gratitud, benevolencia y compasión nos pone en un estado mental que proyecta cordialidad. Y sorprendentemente, la indulgencia hacia nosotros mismos nos ayuda a acceder a todos los aspectos del carisma”, indica en su libro la autora.
Paso 3: Controla tu lenguaje corporal
Cuando nuestras señales no verbales y verbales son congruentes, lo no verbal amplifica lo verbal. Así, el lenguaje corporal es sumamente importante para un líder, de esta manera se crea un contagio hacia sus colaboradores. ¿Cómo hacerlo? Analiza la situación y lo que vas a decir, de esta forma sabrás cómo actuar. Otro consejo de la autora es imitar a los grandes líderes, la mayoría de ellos estudian sus movimientos antes de sus grandes charlas.
Uno de los ejercicios que podrían ayudarte para aumentar el carisma, es obtener el lenguaje corporal de un gorila alfa:
1.- Controla la respiración. “Cada vez que la respiración es superficial, se activa la respuesta de estrés”, comenta la autora. De esta forma, es necesario respirar de manera profunda para oxigenar el cuerpo, así el estrés bajará de manera inmediata y la tranquilidad dominará el momento.
2.- Colócate erguido. Sacude el cuerpo (tus brazos, cabeza y piernas) y amplía tu pecho, esto ayudará a tener una postura erguida que emane confianza, seguridad y dominio.
3.- Asume una postura fuerte. La autora lo llama “postura de gorila”, la seguridad en los pies, y la seguridad que se emana al tener una postura fuerte, puede ayudarte a poner en práctica un lenguaje corporal adecuado, y así, externar el carisma de tu persona.
“Las personas que asumen una postura expansiva, experimentan cabios fisiológicos medibles. De acuerdo con un experimento, la asertividad y energía de las hormonas se estimulan en un 19%, mientras que las hormonas de ansiedad se reducen en un 25%”, indica Fox Cabane.
En esencia, aumentar tu cordialidad, cambiar tu postura y aprender a afirmarte sobre tus dos pies, es un ciclo que te permitirá aumentar la confianza en ti mismo. Además una armonía en tu postura, tu voz, tu conversación, tu presentación y la coherencia entre tu capacidad verbal y no verbal, te dará ese carisma personal, irreemplazable que te permitirá adoptar tu espacio y confirmar tu liderazgo.
¿De qué otra forma podrías aumentar tu carisma? ¿Concuerdas con la idea de que el carisma es maleable? ¿Por qué?
Fuente: www.altonivel.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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