¿Con título y posgrado a los 25 años? ¡Exacto! El panorama es muy distinto al de generaciones anteriores: hoy los jóvenes se interesan en cursar una maestría aún sin experiencia laboral. Conocimientos y trayectoria se entrelazan cada vez más.
En años anteriores era común que un profesionista incluyera en su currículum la licenciatura como principal recurso para crecer en una organización. Sin embargo, hoy la rapidez con que se producen los cambios en los negocios hace necesaria una mejor preparación que va más allá de los conocimientos adquiridos en la carrera universitaria.
Académicos y representantes de diversas universidades e institutos privados del país consultados por Alto Nivel coinciden en lo anterior y previenen a los profesionistas acerca de que el panorama es muy distinto al de las generaciones anteriores. Cada vez más las empresas contratan y ven que su personal de mandos medios, gerencias y alta dirección cuenten con estudios de posgrado.
“Es una realidad que nadie puede negar y que ahora abre un importante reto para nuestros profesionistas”, dice Abelardo Somoano, director de Posgrado y Extensión de la Universidad Anáhuac (UA), quien indica que, si bien algunos estándares internacionales marcan que para ampliar los conocimientos a través de una maestría se deben tener cinco o seis años de experiencia laboral, algunos la cursan inmediatamente después que se titularon.
Cuando así sucede –agrega el representante de la UA-, el profesionista egresa con título y posgrado a los 25 años, pero lo deseable es que tenga alguna trayectoria laboral para enriquecer el intercambio de experiencias y conocimientos.
Erick Gómez Castañeda, director Online de la Universidad del Valle de México (UVM), señala que lo mejor es que el profesional comience su vida laboral al mismo tiempo de analizar hacia dónde debe dirigir sus esfuerzos y de ahí determinar cuáles serán sus estudios de posgrado. “Creo que estudiar un posgrado tiene mayor valor cuando se tienen cinco o seis años de experiencia profesional en el campo que le interesa desarrollarse”, agrega.
Para el caso de quienes estudian una maestría en Administración de Empresas o MBA (Master in Business Administration), la experiencia laboral del alumno enriquece su preparación porque tiene los conocimientos de lo que implica trabajar en equipo o cómo manejar una situación de estrés en una empresa, por citar solo algunos ejemplos, apunta Monserrat Saavedra García, coordinadora de Admisiones y Promoción de Maestrías de Negocios del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Lo mejor de todo –agrega la representante del ITAM– es que las empresas están muy interesadas en desarrollar a sus talentos y apoyar a sus colaboradores, incluso pagando un porcentaje o liquidando en su totalidad el costo de la maestría o diplomado, para que se actualicen y adquieran los conocimientos más recientes para desarrollarlo, y así crecer dentro de sus organizaciones.
“Las empresas cada vez quieren profesionistas mejor preparados: esa es la realidad”, subraya Saavedra García, del ITAM.
Lo normal es que sea la empresa quien apueste por el ejecutivo al que le vea mucho talento, facilitarle las condiciones para que se forme y, en el mediano o largo plazo, ocupe puestos directivos de mayor responsabilidad, expresa Julián Sánchez García, director Académico del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).
A este respecto, las mismas institiciones consultadas, como el ITAM, formalizan y establecen relaciones con empresas, organismos e instituciones gubernamentales y no gubernamentales para facilitar a sus talentos la oportunidad de estudiar un posgrado, diplomado o curso de actualización.
En universidades, como la UIA, todos los alumnos aceptados pueden solicitar una beca por medio de una evaluación sobre la situación financiera del candidato para posteriormente decidir qué porcentaje se le otorga.
Sánchez García menciona que en los temas del perfeccionamiento directivo y del replanteamiento de las empresas nunca se termina de aprender.
“Siempre hay nuevos temas y se acuñan otras teorías, por lo cual surgen otros tipos de negocio a estudiar y, como la principal función de un directivo es tratar con personas, nunca termina de instruirse y, por el contrario, debe estar en permanente actualización”, asevera el director académico del IPADE.
El país está cambiando aceleradamente y las universidades tenemos que cambiar de la misma manera, observa a su vez Roberto Sánchez de la Vara, coordinador de Posgrados en Negocios del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana (UIA) Campus Ciudad de México. Ejemplifica que dentro de la UIA permanentemente se atienden las necesidades que se presentan en algunas disciplinas, al igual que en sus programas de diplomados y posgrado.
Una oferta que corresponde a la demanda
De acuerdo con datos de la SEP y del Consejo Mexicano de Estudios de Posgrado (Comepo), existen en el país alrededor de 8,500 posgrados ofrecidos por 1,423 instituciones, de las cuales 1,134 son privadas y 289 son públicas, atendiendo a una matrícula cercana a los 230,000 estudiantes.
En cuanto a la calidad, y de acuerdo con los resultados de la última evaluación realizada, 128 instituciones concentran los 1,322 posgrados reconocidos en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), elaborado por la SEP y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Las universidades públicas estatales cuentan con el 48.6%, y las estatales con el 22.9% del total de los programas reconocidos por el Conacyt, mientras que en las instituciones privadas únicamente 94 programas (7.1%) han superado con éxito el proceso de evaluación, aunque estas ofrecen un volumen de programas muy importante (63% de los 8,500 posgrados), la mayor parte en el área de humanidades y ciencias sociales.
En el caso de la UIA, Sánchez de la Vara comenta que actualmente la institución educativa opera 38 programas de posgrado, cuyos contenidos son reconocidos ampliamente porque forman líderes con alta calidad académica y profundo sentido humano, además de ser acreditados por importantes organismos nacionales y extranjeros.
“Todos son programas innovadores y siempre estamos cuidando no quedarnos atrás ni que nadie se coloque por delante de nosotros en todas las áreas del conocimiento, ya sea en administración, economía, ingeniería o humanidades”, expresa al destacar el programa MBA como uno de los de mayor demanda en todos los campus de la UIA en el país.
Con respecto a la UA, Somoano manifiesta que esta casa de estudios tiene actualmente un total de 97 programas de posgrado, de los cuales 15 son doctorados, 47 maestrías y 35 especialidades. Todos se imparten en las 17 escuelas y facultades de la UA, lo cual –para el directivo– convierte la institución en una de las más amplias que existen en el mercado actual de universidades privadas.
Además, subraya, todas las disciplinas responden a las actuales necesidades que el país está demandando, gracias a que en los últimos cinco años la UA ha generado una estrategia de vinculación directa con las industrias del país para conocer sus necesidades reales en este sector productivo.
Como ejemplo, Somoano menciona la reciente presentación de la maestría en Ingeniería de Diseño Automotriz con especialidad en Movilidad, la cual se desarrolló conjuntamente con la afamada casa de diseño Rigoletti y que responde a la expectativa del sector automotriz para no solo participar en la manufactura de vehículos.
Otra de las novedades, añade, es la maestría de Ingeniería de Tecnologías para el Desarrollo Sustentable, preparada para atender necesidades específicas y actuales en materia de sustentabilidad, un tema que las organizaciones en general adoptan como principal misión dentro de sus operaciones.
“La UVM, a su vez, quiere llegar a sectores como el educativo, empresarial, gobierno, político (partidos) y salud por medio de cuatro programas de posgrado: maestría en Educación Basada en Competencias, maestría en Administración de Instituciones Educativas, maestría en Administración Global de Negocios, la cual fue desarrollada por la Laureate International Universities, una compañía norteamericana que cuenta con más de 50 universidades en todo el mundo y que tiene presencia en todos los continentes; y la maestría internacional en Comunicación Organizacional”, expone Gómez Castañeda.
Sobre esta última maestría, comenta que se desarrolló junto con Joan Costa, conocido experto en branding, y que va totalmente en línea con una visión interesante de lo que es el branding, la mercadotecnia y la comunicación organizacional. “Este programa no solo sirve a los comunicólogos, sino que resulta útil para asesores en política, dependencias gubernamentales o corporaciones.
Gómez Castañeda indica que en este año la UVM introducirá dos nuevos programas: la maestría en Administración Publica, con un enfoque al sector gobierno, y la maestría en Gestión en Salud, dirigidas especialmente a directores de clínicas y hospitales en general que quieran prepararse para administrar un centro de salud.
Con respecto al IPADE, Sánchez García apunta que este instituto se distingue por estar especializado en ofrecer una gama de Programas en Alta Dirección. Entre estos, los denominados de ‘no grado’, dirigidos a la Alta Dirección y que consisten en Programas de Perfeccionamiento para personas que ya saben y ejercen la dirección, pero que requieren desarrollarse mejor al corregir ideas, habilidades y modificar actitudes para dirigir mejor.
También cuenta con programas de grado académico, como la maestría en Dirección de Empresa para Ejecutivos con Experiencia y la maestría en Dirección de Empresas, de tiempo completo.
Fuente: www.altonivel.com.mx / POR: José Antonio Ramírez
Publicado por: TuDecides.com.mx
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