Si estás en el proceso de lanzar una empresa, probablemente has dedicado tiempo para refinar tu apretón de manos, tu pitch de elevador, e incluso la forma en que te vistes. Pero hay un aspecto de tu imagen que podrías estar ignorando: la efectividad de tu voz.
Tu articulación juega un papel importante en la forma en que los demás te perciben. Tu sinceridad, credibilidad y confianza se revelan en tus discursos. Por eso te compartimos algunos consejos para usar tu voz más efectivamente la próxima vez que presentes tu negocio ante inversionistas y clientes o des una presentación:
Disminuye tu velocidad.
Cuando existe presión tendemos a hablar más rápido. Y cuando hablas con demasiada velocidad es probable que tropieces con tus propias palabras, te contradigas y luzcas nervioso. Habla despacio, de manera que los demás puedan entenderte a la perfección.
Cambia tu postura.
Incluso cuando estés presentando frente a una audiencia conformada por dos personas, es esencial que mantengas la frente en alto. Párate derecho y procura sobresalir cuando te presentas ante grupos más grandes. Proyecta tu voz y permite que tu lenguaje corporal exprese tu confianza (aunque no la sientas).
Ajusta tu volumen según el tamaño de tu audiencia.
Cuando estaba creciendo, mi madre continuamente me decía que hablara fuerte y claro. No me daba cuenta qué tan importante esto era hasta que empecé a dar presentaciones en público. Siempre habla lo suficientemente fuerte como para que hasta el que está al fondo de la habitación pueda escucharte. Esto es esencial, aun cuando tengas micrófono.
Acepta tu acento.
Mis aspiraciones de convertirme en conductora se derrumbaron cuando uno de mis profesores de universidad me dijo que tenía que perder mi acento sureño si quería trabajar en la televisión. Ingenuamente le creí. Con el tiempo he aprendido a aceptar mi acento; es un aspecto positivo de quién soy como persona. Sin embargo, si piensas que tu voz podría afectarte o a los demás les cuesta demasiado trabajo entenderte, no dudes en invertir en un coach de expresión oral y tomar algunas clases.
Ajusta tu tono.
El tono describe las notas altas y bajas que realizas cuando hablas. Tu tono general debe ser agradable de escuchar. Las voces muy agudas son percibidas como chillonas, mientras que las más graves transmiten autoridad. Cuando hagas una pregunta, termínala con un tono más agudo; cuando hagas una declaración agrégale un tono más grave. Si terminas tus declaraciones con un tono agudo lucirás nervioso, inseguro y poco confiable.
Suaviza tu ritmo.
El ritmo general de tu lenguaje debe ser estable y confiado. Aumenta la velocidad de tu discurso para demostrar acción y emoción. Disminúyela para hacer énfasis en una palabra o frase.
Haz pausa cuando sea apropiado.
Páusate brevemente antes y después de hacer una observación importante o al realizar una transición entre ideas. Al hacer esto creas suspenso y permites que los demás procesen tus comentarios y aprecien lo que estás diciendo.
Regula la emoción de tu voz. El timbre describe tu actitud vocal. Tu emoción debe adecuarse a lo que estás diciendo y a lo que quieres que sienta tu audiencia.
Conforme refinas tu habilidad para usar efectivamente tu voz, podrás aplicarla a todas las áreas de tu negocio y vida social. Es una nueva habilidad que podría tomarte tiempo dominar, pero que finalmente valdrá el esfuerzo.
Fuente: www.soyentrepreneur.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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