Lo hacen a su pesar. Muchos trabajadores se aferran a mantener su actual actividad profesional aunque la odien. La falta de nuevas ofertas laborales, en un entorno donde más de 1.9 millones de mexicanos están desempleados, según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), provoca que no sea posible renunciar.
En México, seis de cada diez empleados manifiestan no estar felices en su lugar de trabajo, según un estudio elaborado en 2016 por las firmas de reclutamiento y selección de personal, People First, Reputación e Innovación y Trabajando.com. Las causas, revela, son la mala relación con sus compañeros y jefes y el bajo nivel de confianza hacia la empresa.
Aunque también influyen factores como el salario, ya que la mayoría de la gente cree que debe ganar más; el descontento con las prestaciones, como el seguro médico, y la mala calidad de vida, agrega Dave Curran, cofundador y director de Operaciones de Love Mondays, plataforma brasileña que ofrece evaluaciones reputacionales e información salarial de compañías.
Sin embargo, en muchas ocasiones, ninguna de estas situaciones es tan contundente para hacer que el empleado deserte de la empresa. Un sondeo de AON Hewitt, consultora de recursos humanos, asegura que a 8% de los trabajadores de todo el mundo no les interesa su trabajo, pero tampoco tienen motivación de dejarlo. Esta gente, además de apática –expone– se queda en el mismo puesto laboral porque no se da cuenta de qué más puede hacer, asume su trabajo como una serie de tareas y no buscan nada más que eso.
“Es importante pensar cuáles son tus metas profesionales y después buscar compañías para cumplirlas. Acércate a las personas que trabajan en estas empresas y averigua si es lo que se ajusta a tu carrera”, indica Dave Curren.
Alcanzar la felicidad
El cofundador de Love Mondays resalta la importancia de resolver la insatisfacción laboral con una charla abierta y transparente con los jefes, donde se expongan los factores que generan el odio a las actividades cotidianas. Pero los colaboradores tienen que poner de su parte, refiere César Fernández, CEO de Conktena, firma de coaching y desarrollo empresarial: es imprescindible que pidan ayuda, reconozcan sus fortalezas y debilidades y busquen su objetivo de vida, para que no cambien de trabajo por el simple hecho de huir. “No hay forma de que yo sea infeliz en un trabajo y al cambiarme me vuelva feliz. Quizá esto suceda, pero va a durar muy poco”, asegura.
Aunque la responsabilidad de encontrar satisfacción en el trabajo no sólo debe recaer en los empleados. “Las compañías tienen que preocuparse por el desarrollo personal del talento, no basta con buscar profesionales en el mercado, sino también hay que retenerlos”, agrega Fernández, quien recomienda a las organizaciones darle mayor peso a las habilidades de vida, que a las de negocio.
Olivia Jaras, CEO de la compañía de capacitación Salary Coaching, ofrece algunos consejos para orientar las acciones y recobrar la felicidad laboral:
1. Deshazte de tus emociones. Desconecta ese cable que te alimenta el sentimiento de odio y conecta el piloto automático. Si continúas con la negatividad, terminarás agotado, estresado y lleno de angustias. Y, además, en el mismo trabajo. Habla con tus superiores y pide nuevos retos profesionales; puedes comenzar con agregar un poco de creatividad a tus labores cotidianas.
2. Involúcrate. Apoya las iniciativas de la empresa y participa en los nuevos proyectos. Los supervisores necesitan gente confiable, conviértete en pieza fundamental para la compañía y haz que tus acciones digan más de ti que las quejas.
3. Canaliza tu energía. En lugar de pasarte horas pensando en lo mucho que odias tu trabajo, define prioridades, entiende tus habilidades y, si en el lugar donde te encuentras no hay oportunidades de crecimiento, aventúrate a dar el siguiente paso y salir a buscarlas.
El CEO de Conktena alienta a no tener miedo de buscar nuevas oportunidades profesionales y evitar que la insatisfacción se convierta en un problema para toda la compañía: “El descontento laboral alimenta a los agresivos pasivos, quienes rompen la comunicación en la empresa, contaminan el ambiente de trabajo y entorpecen los procesos productivos (…) Lo ideal es decir cuándo no se está a gusto y cerrar los ciclos de la mejor manera”, finaliza el experto.
Fuente: www.expansion.mx / Por: Zyanya López
Publicado por: TuDecides.com.mx
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