Es increíble que a estas alturas del partido, con toda la evidencia intelectual y empírica acumulada, haya gobiernos, como el de Grecia, que estén enfrentando problemas como el que están enfrentando los gobernantes griegos, en particular, y los ciudadanos griegos, en general. Una y otra vez el libreto es el mismo, si bien cambian desde los actores hasta el escenario, libreto que nos presenta una obra que consta, en esencia, de los siguientes actos.
1) Los gobernantes, en su afán de ser más que gobierno, y con la intención de ser desde ángeles de la guarda, y preservar a los gobernados de todos los males, hasta hadas madrinas, y concederles todos los bienes, gastan cada vez más, creando clientelas presupuestarias, integradas por quienes, volviéndose adictas al mismo, se benefician del gasto gubernamental.
2) Al paso de ese gasto cada vez mayor, y dada la inconveniencia de financiar ese incremento en el presupuesto con aumentos de impuestos, los gobernantes recurren cada vez al endeudamiento.
3) Tarde o temprano llega el momento en el cual, a la sombra de una deuda fuera de toda proporción, resulta difícil encontrar prestamistas dispuestos a seguir prestándole dinero a un gobierno ya endeudado, ¡por mucho!, más allá de la cuenta.
4) Una vez que al gobierno se le han cerrado las fuentes de financiamiento, y dados los compromisos que debe cumplir, tanto con sus acreedores, como con sus clientelas presupuestarias, no le queda otra opción más que, o aumentar impuestos, lo cual hace rechistar a los contribuyentes, a quienes se les exigiría un mayor pago, o eliminar gastos, a lo cual se oponen las clientelas presupuestarias, que se verían perjudicadas con tales recortes.
5) En el caso de que alguna institución, como el FMI, entre al rescate, lo hará siempre y cuando el gobierno a rescatar lleve a cabo un programa de ajuste que, en esencia, supone, o aumentar ingresos por la vía del cobro de más impuestos, o reducir egresos por medio del recorte presupuestal, o una combinación de ambos, a lo cual se oponen los contribuyentes y ante lo cual rechistan las clientelas presupuestarias, reacciones de los afectados que, como lo estamos viendo en Grecia, pueden tornarse por demás virulentas y meter en problemas extras, más allá de los estrictamente económicos, al gobierno, que por la vía de tales protestas purga parte de la culpa por los pecados cometidos en materia de política fiscal, que dieron como resultado un endeudamiento más allá de la cuenta.
6) Lo que queda claro es que, llegados al punto de ese endeudamiento fuera de toda proporción, por la buena o por la mala, el ajuste se vuelve inevitable, con el perjuicio para todos los involucrados, desde contribuyentes hasta clientelas presupuestarias, sin olvidar al buen número de burócratas que, al paso de los recortes presupuestales, perderán su trabajo.
Los actores cambian y el escenario varía, pero el libreto, en esencia, siempre es el mismo, y el título de la obra es Las consecuencias de la irresponsabilidad fiscal del gobierno.
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