Hace unos años, General Motors presumía de ser la principal armadora automotriz del mundo, ahora esta empresa ícono del poderío estadounidense enfrenta serios problemas financieros que la llevarían a solicitar ayuda a las autoridades para poder tener liquidez y saldar sus deudas.
Los riesgos de la bancarrota provocaron que este 10 de noviembre el precio de sus acciones en el New York Stock Exchange cayeran a sus peores niveles desde 1946, a 3.36 dólares, reduciendo el valor de mercado de la empresa a sólo 2,670 millones de dólares.
Este hecho provocó que varios legisladores estadounidenses intensificaran las negociaciones con el gobierno de George W. Bush para salir en rescate de la empresa, pero hasta el momento no existe una respuesta concreta Analistas de Barclays Capital y Credit Suisse bajaron la recomendación de los títulos, ya que en caso de concretarse un rescate tendría un gran costo para los accionistas existentes.
La advertencia
El 2 de julio de 2008, John Murphy, analista de Merrill Lynch, dijo que GM necesitaría juntar cerca de 15,000 millones de dólares en efectivo para reforzar su liquidez, por lo que una bancarrota “no es imposible” si el mercado automotriz estadounidense sigue empeorando.
Este anuncio provocó que la empresa afirmara que “cree” tener los recursos necesarios para enfrentar la desaceleración del mercado en este año.
Sin embargo, en octubre pasado las ventas de autos en Estados Unidos tocaron sus peores niveles en casi 25 años, siendo GM la empresa más afectada, con un descenso de 45%.
Murphy, de Merrill Lynch, dijo que una disminución de 1 millón de vehículos al año en las ventas de automóviles en Estados Unidos equivale a quemar alrededor de 3,000 mdd en efectivo.
Las consecuencias
Los efectos de las bajas ventas de autos en EU fueron acompañados por la crisis económica que enfrenta el país y por la mayor competencia proveniente de Asia.
Expertos aseguran que durante años, General Motors no tuvo la capacidad para lidiar con los sindicatos, no invirtió suficiente en nuevos productos, cedió el mercado a los fabricantes japoneses y estaba mal preparada para el aumento inevitable en el precio de la gasolina.
"Han pasado 30 años de negación", dijo Noel Tichy, profesor de negocios de la Universidad de Michigan. "No trataron (los fabricantes de autos) de ser competitivos, no atendieron los asuntos de los sindicatos, las estructuras de costos desde hace tiempo y todo lo que hace exitosa a una compañía" agregó.
GM ha implementado una serie de reestructuras que abarcan el cierre de plantas, paro de labores por varios días, recortes en la producción, miles de despidos, la búsqueda de un comprador de su marca Hummer y una fusión con Chrysler, todo sin resultados óptimos hasta el momento.
En peligro de caer en bancarrota
El 7 de noviembre de 2008, GM advirtió por una caída en sus niveles de efectivo en los tres últimos meses del año, incluso a rangos inferiores a los mínimos necesarios. La automotriz agregó que es probable que necesite ayuda para seguir operando, incluida la del gobierno.
El fabricante de vehículos ha estado reduciendo sus costos desde el 2005.
Tan sólo entre julio y septiembre pasados, “quemó” 6,900 millones de dólares para evitar un mayor deterioro.
GM afirmó que necesita ayuda de los mercados de capital y otras fuentes privadas de financiamiento, fondos gubernamentales o alguna combinación de esas fuentes.
Urge rescate
GM necesita una inyección de capitales de manera urgente, ya que una violación en los acuerdos de deuda le daría a sus acreedores el derecho de reclamar un pago de 6,000 millones de dólares, una cifra que devastaría las finanzas de la empresa.
Rick Wagoner, presidente de GM, ha dicho que el rescate debe concretarse antes del 20 de enero. A cambio ofrecería acciones preferenciales al gobierno, aceptaría límites en la remuneración de sus ejecutivos y aceleraría el lanzamiento de unidades con un consumo eficiente de combustibles. Sin embargo, Wagoner no está dispuesto a dejar su cargo.
“Sin la asistencia del gobierno, creemos que el colapso de General Motors será inevitable y que precipitaría un riesgo sistémico que sería difícil de superar por parte de las automotrices, proveedores, minoristas y otros sectores de la economía estadounidense”, dijo Rod Lache, analista de Deutsche Bank, citado por el diario The Wall Street Journal.
Hasta el momento, el gobierno estadounidense no ha respondido a la petición, a pesar de que el presidente electo, Barack Obama, ya ha manifestado su aprobación de lanzar el rescate a la industria, sin que haya mencionado a alguna empresa en específico.
Publicado por: TuDecides.com.mx
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