La mesa, más allá de ser un mueble indispensable en todo hogar, es además un excelente ejemplo de cómo deben ser las empresas: cuando sus cuatro patas son sólidas y tienen el largo adecuado para equilibrarse, entonces cumplirá su propósito.
Tal como explica César Iván Díaz, consultor, ingeniero en sistemas organizacionales por la ULSA y socio director en Doxa Soluciones, firma de consultoría especialista en Pymes: “Toda empresa, para estar sana y cumplir el propósito para el que fue creada, necesita de cuatro pilares fundamentales y de un balance apropiado entre ellos a fin de soportar adecuadamente las operaciones del negocio. De lo contrario, se corre el riesgo de desaparecer”.
Entonces, si en la planeación de un negocio se deja de lado alguno de estos elementos, será muy difícil generar la inercia suficiente para que el negocio se consolide. Para Díaz, los cuatro pilares fundamentales son:
Capital
Todo negocio requiere de cierto capital para funcionar; la cantidad depende del giro, tamaño y alcance de éste, y abarca conceptos relacionados con la inversión en equipo o maquinaria, los gastos en promoción y publicidad, o el capital de trabajo, entre otros.
Conocimiento técnico
Si eres cerrajero, debes saber abrir una chapa. Si eres marinero, más te vale saber distinguir entre un timón y un ancla. Necesitas conocer bien tu negocio, saber operar todas sus partes y hacer un análisis del mercado en el cual te insertarás.
Conocimiento administrativo
En un negocio, es preciso tener al menos ciertas nociones de administración. Por ejemplo, si el negocio crece, no sabrías cómo organizarte adecuadamente.
Sistema de comercialización
No importa cuánto capital se tenga, qué tan experto se seas, o con cuántos postgrados cuentes, si los clientes no saben que existes. Es de vital importancia “ofrecerse” al público y saber venderse.
¿Cómo lograr el balance perfecto?
“En mi experiencia asesorando empresas -cuenta Díaz-, he encontrado que en general el aspecto del capital que más problemas ocasiona a los dueños y/o administradores, es el poder conseguir un adecuado manejo del capital de trabajo.”
Lo anterior sucede entonces cuando hay un bajo conocimiento administrativo, cuando las ventas van mal, o si los técnicos no cuentan con la experiencia suficiente como para solucionar los problemas.
Mirar tu negocio desde la perspectiva de esta parábola, provee una forma sencilla de evaluar su situación actual. Para ello debes preguntarte:
- ¿Están balanceadas las cuatro “patas” de mi negocio?
- ¿Cuál o cuáles necesito reforzar?
- Si crezco, ¿cuál “pata” sería la primera en verse afectada?
- Si inicio un nuevo negocio o línea de negocio, ¿éste tendría cuatro “patas” firmes?
“Depende de ti y de su creatividad la forma de su mesa, pero, si deseas tener éxito en éste, más vale que se asegure de tener cuatro “patas” bien firmes para soportarlo”, concluye el empresario.
Fuente: www.soyentrepreneur.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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