Muchos emprendedores se han hecho la misma pregunta: ¿cómo voy a diferenciarme de la competencia? Sabemos que para el éxito de una empresa, es indispensable tener una oferta innovadora, pero en un mercado tan competitivo (donde parece que no hay nada nuevo bajo el sol) puede ser difícil describir cuál es el valor de tu propuesta.
La chef de televisión Rachael Ray es un ejemplo de cómo lograrlo. A simple vista, no se diferenciaba de los miles de cocineros que hay en la televisión. Desde su punto de vista, es indispensable demostrar cuál es tu experiencia.
En su mundo -la cocina por televisión- un experto es quien ha dirigido un restaurante de alta gama o que fue entrenado en las mejores escuelas de cocina. Rachael Ray no tenía ninguna de estas ventajas. Empezó siendo compradora de un mercado en Nueva York y comenzó haciendo pruebas de 30 minutos de cocina en una tienda. El local no la contrató porque fuera famosa, sino porque ningún otro chef aceptaría un salario tan bajo.
Su suerte cambió cuando alguien le dio una copia de su libro de cocina -que realizó en una imprenta independiente- a un productor del programa Today Show. Cuando una tormenta de nieve hizo que varios invitados cancelaran su participación en el programa, llamaron a Ray. Después de manejar nueve horas en la nieve, la chef se presentó en televisión y su segmento fue tan popular que recibió una oferta lucrativa de The Food Network.
Muchos se burlaron de Ray porque carecía de las credenciales de colegas como Emeril Lagasse o Mario Batali. Ella reconoció las críticas e incluso le dijo a la cadena que “ella no era una chef profesional”, pero por eso precisamente la querían.
The Food Network estaba lleno de cocineros famosos que preparaban platos hermosos, pero cuya rigidez y profesionalismo los alejaba de las personas comunes que cometen errores en la cocina. Pero los espectadores sentían que si Rachael Ray podía preparar una buena cena (al ser una mujer sin credenciales formales) ellos también podrían. Su capacidad de hacer cenas diferentes en solo 30 minutos la destacó en The Food Network, que estaba llena de chefs celebridad.
Hoy en día, Ray ha creado un imperio emprendedor con más programas de televisión, anuncios y productos con su nombre, y su ejemplo tiene grandes enseñanzas para quienes desean poner su propia empresa.
Continuamente nos comparamos con quien tiene mejor educación o diplomas y creemos que están mejor calificados que nosotros. Pero como el caso de Ray nos muestra, muchas veces estas certificaciones no son lo que cuenta al momento de destacarse. Si puedes ofrecer algo distintivo según tu contexto, entonces triunfarás.
Piensa en quién necesita tus habilidades o enfoque pero que no siempre tiene acceso a él. Por ejemplo, hay 400 millones de hispanohablantes, pero en mercados como Estados Unidos hay industrias que no les hablan en su idioma. Hay muchas personas que tienen grandes habilidades de comunicación, pero pocas que puedan combinarlo con un buen conocimiento de tecnología o ingeniería. Es decir, los talentos que pueden parecer banales en un contexto pueden ser el punto de partida hacia el éxito en otro.
Pregúntate qué supuesta debilidad que tengas puede convertirse en fortaleza y si hay un área donde no tengas experiencia, podría ayudarte a venderte mejor. Tal vez creas que no tienes nada nuevo que ofrecer, pero como demostró Rachael Ray, cambiar el contexto transforma todo.
Fuente: www.soyentrepreneur.com / Por Dorie Clark
Publicado por: TuDecides.com.mx
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