Por naturaleza, la trasmisión de datos por una red inalámbrica es menos segura que la que se hace por medio de homólogos conectados. La información pasa por el aire, cualquier persona que tenga la señal de campo de la red puede infiltrarla o intentar interceptar las comunicaciones, una vez en ella, los hackers pueden intentar acceder a la información en sus computadores o incluso utilizar su red para realizar actividades ilícitas.
En el corazón de cada red inalámbrica existe un router principal o puerto de acceso. Este aparato transmite esta señal a un área limitada, pero por lo general, el campo del router excede el tamaño de la casa o los límites de la propiedad, de esta manera se produce la fuga, que es el fenómeno en donde las personas pueden coger la señal inalámbrica y unirse a la red de manera potencial.
Para minimizar el escape se debe ubicar el router en una posición central dentro de la casa, también se debe reducir la potencia de la señal, para hacer más pequeño el campo de la red, por último es recomendable crear un campo óptimo en donde la señal alcance los computadores, pero nada más allá.
La mayoría de los routers emiten sus nombres de red por defecto o su SSID de manera automática. Para evitar esto, es recomendable cambiar el SSID de la red, si es posible se debe apagar la función de emisión automática para que cualquiera que intente acceder a la red deba adivinar el nombre.
Las contraseñas sólidas y los nombres únicos impiden que los hackers accedan a la red, por lo tanto es importante cambiar las contraseñas y el nombre del usuario del administrador y su contraseña.
Fuente: Symantec./ diarioti.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
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