¿Qué pasaría si el mayor peligro de la inteligencia artificial (IA) no fuera su capacidad para reemplazar empleos, como temen más de uno de cada cinco trabajadores en Estados Unidos, sino su potencial para causar un declive cognitivo?
El mes pasado, investigadores de Microsoft y la Universidad Carnegie Mellon publicaron un nuevo estudio que afirma ser el primero en examinar los efectos de las herramientas de IA en el pensamiento crítico.
Los investigadores descubrieron que, mientras más confiaban las personas en la capacidad de la IA para realizar una tarea, menos habilidades de pensamiento crítico utilizaban. Aquellos que confiaban en la IA dejaban el pensamiento crítico en manos de ChatGPT en lugar de hacerlo ellos mismos y fortalecer sus habilidades cognitivas.
"Cuando se usan de manera inadecuada, las tecnologías pueden —y de hecho lo hacen— causar el deterioro de las facultades cognitivas que deberían preservarse", escribieron los investigadores. Añadieron que "una de las grandes ironías de la automatización es que, al mecanizar las tareas rutinarias y dejar la gestión de excepciones en manos del usuario humano, se le priva de las oportunidades rutinarias para practicar su juicio y fortalecer su musculatura cognitiva, dejándolo atrofiado y sin preparación cuando surgen excepciones".
Los investigadores encuestaron a 319 trabajadores del conocimiento —aquellos que manejan datos o información— para medir la confianza que tenían en las capacidades de la IA y cuánto pensamiento crítico empleaban al usar inteligencia artificial para completar tareas. El pensamiento crítico se definió en seis categorías: conocimiento (recordar ideas), comprensión (entender ideas), aplicación (usar ideas en el mundo real), análisis (contrastar y relacionar ideas), síntesis (combinar ideas) y evaluación (juzgar ideas).
Los trabajadores encuestados utilizaban IA como ChatGPT al menos una vez por semana y proporcionaron 936 ejemplos sobre cómo la usaban en el trabajo, desde buscar datos hasta resumir textos. Principalmente empleaban el pensamiento crítico para crear instrucciones claras, ajustar los prompts y verificar las respuestas de la IA comparándolas con fuentes externas.
Seis de los siete investigadores mencionados están asociados con Microsoft Research, la subsidiaria de investigación de Microsoft fundada en 1991. Microsoft tiene un gran interés en la IA, con una inversión cercana a los $14,000 millones de dólares en OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, y planes para gastar $80,000 millones en centros de datos de IA durante el año fiscal que termina en junio.
Los investigadores advierten que, aunque la inteligencia artificial puede hacer que los lugares de trabajo sean más eficientes, también podría "reducir la participación crítica, especialmente en tareas rutinarias o de baja importancia, donde los usuarios simplemente dependen de la IA, lo que genera preocupación por una dependencia a largo plazo y una disminución de la resolución de problemas independiente".
En otras palabras, la IA tiene un costo oculto: podría hacer que los trabajadores pierdan la memoria muscular necesaria para realizar tareas más rutinarias.
Fuente: Entrepreneur / Por: Sherin Shibu
Publicado por: TuDecides.com.mx
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