
Poco antes del amanecer, en una pequeña isla en los alrededores de Belém, tres mil papagayos despiertan con sus gritos estridentes y sobrevuelan los altos árboles amazónicos antes de regresar a sus nidos. El vuelo de la parvada marca el inicio de un largo día para las aves, que abandonan sus nidos en busca de alimento ante los ojos curiosos de los turistas. Para los visitantes que contemplan este panorama desde los barcos fondeados cerca de la isla, es el primer espectáculo de un día en la ciudad.