A lo largo de la historia podemos darnos cuenta que tanto hombres como mujeres pensamos distinto, actuamos diferente e incluso vivimos las mismas cosas otra manera. En pocas palabras, lo que para unos funciona, para otros no tanto.
Si no fuera por el simple hecho de ser mujer, el día que Amelia Bloomer usó “un par de pantalones” no hubiera cambiado la historia, pues cuando comprendió que éstos no sólo eran una prenda, sino una herramienta de poder, logró ganar el derecho al voto y el mundo cambió para todas nosotras. Una de las mejores herramientas para una buena imagen profesional es el uso de los códigos de poder, si sabemos interpretarlos proyectaremos mayor autoridad e influencia sobre los demás.
Colores
Negro. Color de mayor autoridad. Al mantener en óptimas condiciones una prenda de éste color comunicamos: poder, éxito profesional, formalidad y alta jerarquía. Todos los hombres necesitan un traje negro y las mujeres un Little Black Dress.
Los detalles en texturas satinadas para ocasiones nocturnas comunican mayor poder o formalidad. En combinación con blanco da lugar a una de las combinaciones más poderosas para efectos de imagen.
Gris oxford. Tono neutro con gran poder que suelen elegirlo personas más tradicionales y se relaciona con el poder responsable y el compromiso.
Azul marino. Este color representa accesibilidad, una cualidad que puede ser muy útil en dinámicas profesionales. A diferencia de otros tonos de azul, el marino comunica autoridad y apertura de forma simultánea.
Cortes
Prendas de sastrería. Este tipo de ropa nos hace ganar autoridad, mientras que las prendas holgadas y con movimiento nos harán ver accesibles, relajados o incluso informales.
Es impresionante lo que puede hacer un buen traje sastre o una camisa blanca.
Falda lápiz. Por su largo y corte es de las mejores opciones para vernos femeninas y ejecutivas al mismo tiempo. La falda es hoy para las mujeres, lo que un día fue el pantalón para los hombres, esa prenda que solo nosotras podemos usar.
Detalles
Siempre será una mala idea subestimar el gran poder de las pequeñas cosas, prestar atención a los detalles es la clave de una imagen perfecta.
El cuero. Esta textura en pequeñas dosis nos ayudará a comunicar sofisticación, éxito profesional y poder adquisitivo. Una buena idea es invertir en un maletín de cuero negro, un reloj con extensible de cuero, incluso una falda lápiz de cuero para las más atrevidas.
Accesorios. Son la clave para una imagen bien producida, se encargan de complementar y reforzar nuestra imagen y sin ellos tenemos la sensación de que algo falta.
En imagen profesional elegir accesorios de buena calidad y no excederse, es fundamental para comunicar poder con elegancia. Si éstos hacen ruido (como un grupo de pulseras o tacones sin tapa) lejos de darnos poder, nos lo restarán.
Peinado y maquillaje. Presentarnos siempre maquilladas y bien peinadas a trabajar nos proyectará como personas responsables, previsoras y ordenadas.
No importa que sea el peinado más sencillo del mundo, o si no usas demasiados productos para maquillarte, asegura invertir el tiempo necesario en ambas cosas.
Procura nunca llegar a una cita de trabajo a maquillarte o con el cabello mojado, es una forma de comunicar falta de compromiso.
Condiciones de la ropa. Todos éstos códigos se anulan si las prendas y accesorios que usamos se encuentran en malas condiciones. Un saco negro perderá todo poder si está percudido, o un maletín roto proyectará de forma negativa incluso cuando sea negro.
Lo mejor es darle los cuidados adecuados a todas las prendas, no usarlas todo el tiempo para evitar demasiado desgaste y sobre todo, invertir en calidad.
Y ahora que ya lo sabes, ¿qué esperas para crear una versión más poderosa de ti misma?
Fuente: www.entrepreneur.com / Por Yaissa Arrieta para
Publicado por: TuDecides.com.mx
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