Las paredes, el techo, los anaqueles y mucha de la mercancía del local es rosa. Hay peluches por todos lados, pequeños vestidos de princesas en exhibición y pelucas de varios diseños y colores. De pronto parecería que se trata del guardarropa de los personajes de un cuento de hadas.
Todo empezó hace cuatro años, cuando en uno de sus viajes a Estados Unidos, Tort de Peralta descubrió una tienda con productos especialmente diseñados para niñas y adolescentes. "Cuando entró para conocerla, quedó sorprendida por todo lo que vio. Como tiene hijas pequeñas, estaba familiarizada con todos esos artículos y sabía perfectamente el entusiasmo que causa entre las niñas todo lo que les permite sentirse más bonitas", explica Cardoso.
"Además, las niñas siempre se sienten más grandes de la edad que tienen. Desde pequeñas se ponen los tacones de su mamá, quieren usar perfume y pintarse los labios", agrega la emprendedora. "Por eso, ayudándonos de la tienda que Mariana encontró, empezamos a desarrollar un lugar exclusivo para ellas, con la idea de que aquí pueden dar rienda suelta a su imaginación y expresar su individualidad al elegir el atuendo y maquillaje que quieran."
Como dice Cardoso, para una madre su hija siempre será una princesa. "Aquí les cumplimos el sueño de parecer una", asegura.
Un mercado por explotar
La clave del éxito del negocio estuvo en animarse a desarrollar un mercado todavía virgen en México. "Cuando regresé, descubrimos que en todo el país no había un solo concepto que, además de atender a las niñas de esta forma específica y novedosa, también lograra que ellas y sus papás se sintieran tan especiales", recuerda Tort de Peralta. Los dos desafíos principales eran desarrollar un servicio de calidad y ofrecer una experiencia de compra divertida.
Fue así como en mayo de 2005, con una inversión de $1.5 millones, abrieron la primera tienda de Sparkling Princess en el centro comercial Santa Fe, al poniente de la Ciudad de México. "El hecho de que hasta ese momento no hubiera nada parecido nos ayudó a tener un lleno total desde el principio. El concepto era muy llamativo tanto para las niñas como para sus madres. Además, nuestros precios nos permiten tener clientela de todos los estratos sociales", dice Cardoso.
Y la oportunidad estaba puesta sobre la mesa. Según datos de la última Encuesta Nacio-nal sobre Gasto en los Hogares, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), casi el 26% del ingreso total de los padres se destina a los hijos. Otro factor a tener en cuenta es que en México hay cerca de 15 millones de niñas de entre cero y 14 años de edad.
Buscando "clonar" el negocio
Al ver la cantidad de clientes que tuvieron durante la inauguración y la aceptación del público, lo primero que pasó por la mente de las dos empresarias fue replicar el concepto del negocio a través de un modelo de franquicias. Fue así como llegaron a la consultora Feher & Feher. Ahí, les informaron que antes de desarrollar una franquicia debían crear un modelo de tiendas y que, para eso, era necesario contar por lo menos con otras dos sucursales.
Así, las socias se pusieron a trabajar para abrir tres tiendas más durante los ocho meses posteriores a la apertura del local de Santa Fe, en Satélite, Perisur y Puebla. "Ya encaminadas, luego nos lanzamos a conquistar Monterrey y Guadalajara. Y abrimos otras tres sucursales en plazas comerciales del Distrito Federal", cuenta.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas. Como las socias tenían en mente crecer, crecer y crecer, y además lo hicieron rápidamente, de pronto perdieron de vista la importancia de encontrar la mejor ubicación para sus sucursales. "Esto ocasionó un desgaste y un costo no sólo económico, sino de imagen, al tener que cerrar tiendas que no estaban en el lugar adecuado", reconoce Tort de Peralta.
Aún así, la experiencia les dejó una lección. "Cerrar la sucursal en Aragón, Estado de México, fue una decisión difícil, pero lo importante es actuar a tiempo y no pensar que el tiempo por sí solo solucionará las malas decisiones", agrega. "Por eso, decidimos reubicar la sucursal de Guadalajara. Y aunque nos cuestionamos si eso afectaría nuestra imagen, aceptar los errores finalmente te fortalece como emprendedor y aumenta tu experiencia."
En 2007, casi dos años después de la apertura de la primera tienda en Santa Fe, lanzaron el esquema de franquicias. "Casi no tuvimos que buscar inversionistas. Ellos venían a nosotras preguntando cómo adquirir un Sparkling Princess", recuerda Cardoso.
Hoy, a casi cuatro años de distancia de ese "chispazo" en la mente de estas dos empresarias mexicanas, tienen siete franquicias en el interior de la República (en León, Mérida, Querétaro y Ecatepec). Y eso no es todo, durante este año tienen proyectado abrir ocho unidades más. Es un negocio rentable y los números no mienten: cada unidad atiende en promedio a 2,000 niñas al mes. Y el crecimiento anual es del 36 por ciento.
Un negocio familiar
El perfil del franquiciatario de Sparkling Princess son matrimonios jóvenes. La cuota de franquicia incluye el uso de marca, remodelación del local, manuales de operación (de preapertura, administrativo, de recursos humanos y de seguimiento continuo durante la operación del negocio), inventario para la apertura, mobiliario, equipo y soporte técnico.
La oferta es variada. En las tiendas no sólo se dedican a maquillar a las pequeñas, según el personaje de alguna película animada. Complementan el servicio con venta de peluches, accesorios, juguetes, artículos de decoración para el hogar, maquillajes, cremas, perfumes e incluso artículos escolares. Todo lo que una niña de entre tres y 13 años pudiera buscar. "Y los precios son accesibles para todos los bolsillos", dice la empresaria.
En cuanto a caracterizaciones, hay paquetes desde $150, que incluyen peinado, maquillaje, una pulsera, un postizo para el cabello y el préstamo de un disfraz para tomarle una fotografía a la niña. El paquete más caro es de $290, que tiene todo lo anterior más "fórmulas mágicas", como perfumes, geles, jabones o cremas que pueden ser personalizados con brillos, esencias y colores.
Además, ofrecen paquetes para celebrar fiestas de cumpleaños dentro de la tienda, para un mínimo de siete niñas y un máximo de 20. El servicio incluye lluvia de burbujas de jabón, música, karaoke y actividades de recreación, durante un tiempo aproximado de dos horas y media.
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Radiografía
Inversión inicial: $990,000 + IVA (con cuota de franquicia, inventario inicial y activos fijos. No incluye remodelación del local).
Cuota de franquicia: $380,000 + IVA.
Pago de regalías: 2% sobre ventas mensuales.
Pago de publicidad: 2% mensual.
Retorno de inversión: 30 meses.
Unidades propias: 9.
Unidades franquiciadas: 7.
Fuente: www.SoyEntrepreneur.com / Por: Andrey Valencia
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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