Cuando iniciamos alguna actividad tenemos la costumbre de creer que no podemos concretarla. Promesas de año nuevo, cumpleaños y retos, son comunes para lograr nuestros cometidos. Hacemos todo ello con el único propósito de saber qué deseamos hacer de nuestra vida. La pregunta no es saber qué se quiere, sino lo que realmente necesitamos.
¿Cuántas veces no nos hemos preguntado, qué haríamos si nos ganáramos la lotería o si pudieran cumplirnos 3 deseos? Casa, carros, viajes, lujos y demás es lo común, objetos que nos brindan una satisfacción momentánea, quedando sin responder nuestra interrogante: ¿Qué necesitamos para ser felices? Buscamos respuestas con el objetivo de llegar a buen puerto o al menos para no quedarnos como antes, inmersos en la ignorancia y a la benevolencia del destino.
Estudiamos una carrera profesional para cumplir una meta personal. Nos incorporamos a una maestría para incrementar nuestros conocimientos. Nos introducimos en algún taller, cursos o diplomado para no olvidar o mejorar aquellos conocimientos vistos en la licenciatura. Pero, ¿por qué no nos arriesgamos a abrir un negocio? ¿Qué nos falta para lograr un sueño que gran parte de la población tiene y muy pocos se animan a concretarlo?
Grandes ejemplos de compañías nacionales que iniciaron con una idea se han cimentado. Corrieron el riesgo y ahora son grandes corporativos. Confiaron en sus ideas y se lanzaron a conquistar el mundo. Jamás dejaron de aprender, tampoco en sus capacidades, siempre rodeándose de personal capacitado, que sume a la causa y aporte en beneficio de la organización.
Oportunidades de negocio existen, todo radica en investigar y saber que requieren las personas para proveérselas. Conceptos como Investigación de Mercado facilitan a las empresas la introducción de nuevos productos, la apertura de nuevas sucursales, e incluso si nuestro producto o servicio ya no es propicio entre los clientes.
Podemos tener la percepción de que todo ha sido inventado y que no vamos a descubrir el hilo negro. Quizá tengamos razón, pero existen muchas oportunidades que están por descubrirse o mejorar. Preguntar, analizar y proponer son 3 conceptos que todo emprendedor debe tener en la mente a la hora de iniciar un proyecto, no importando que para algunos no tenga futuro, si nos gusta lo que hacemos y disfrutamos cada acción, la vida se disfrutará mejor y los resultados positivos llegarán por su cuenta. Si prestamos oídos a los comentarios negativos y nos dejamos influenciar, jamás saldremos adelante.
Fuente: www.empresource.com Por: Erick Macip es Coordinador IMPULSA Tijuana en CETYS Universidad. Es responsable de implementar los programas: Management & Economic Simulation Exercise a todas las carreras de Universidad, así como el Taller Jóvenes Emprendedores en la Escuela de Ingeniería. Es consultor de PRANORTE, empresa en el giro de desechos industriales y residuos peligrosos.
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