Dos golpes de suerte convirtieron a Alejandro Oropeza en inversionista. El primero, en 1999, fue ganar una camioneta Durango en un programa de televisión -cuando tenía 23 años-, el segundo fue que se la arrebataran en un asalto, con una indemnización de 274,000 pesos por parte del seguro que le sirvieron para abrir una cuenta de inversión.
Escogió la casa de bolsa GBM porque tenía una sucursal cerca de su trabajo. Empezó con un portafolio de inversión de riesgo y rendimientos bajos, a pesar de que por su juventud y por no tener dependientes económicos podría haber apostado a inversiones con más ganancias. Cuando nació su hijo, en 2001, gastó una parte del dinero, pero la semilla del inversionista ya estaba sembrada.
Con la experiencia de varios años, Alejandro Oropeza se da cuenta de que podría haber ganado más si alguien le hubiera ayudado a definir mejor cuál era su perfil como inversionista. Considera que ahora las casas de Bolsa, ya dedican más tiempo a conocer las necesidades del cliente para recomendarle las inversiones que más le queden a sus propósitos. Ahora se define a sí mismo como un inversionista informado, que hace movimientos por su cuenta.
Los inversionistas como Oropeza, que disponen de menos de 500,000 pesos para iniciar una cuenta, tienen más ofertas de parte de las instituciones financieras para el manejo de su dinero. Vector Casa de Bolsa acaba de presentar un sistema, al que llama Sistema Individualizado de Portafolios, para empezar a invertir con montos mínimos de 250,000 pesos en el que combina la asesoría personalizada de una casa de Bolsa y la estandarización en algunas distribuidoras de fondos.
Luis Alfredo de Urquijo, director de gestión de inversiones de Vector, explica que primero se hace el perfil del cliente y después se le diseña un portafolio, que se maneja en forma automática, y se modifica según cambie la vida del usuario.
Según Urquijo, las nuevas tecnologías de la información permiten atender con bajos costos a los clientes de menores patrimonios y darles un servicio que hace 10 años era difícil de prestar. Con eso coincide Luis Cervantes, presidente de Finaccess, otra empresa que busca atraer a clientes como Oropeza, que empiezan con menos de medio millón de pesos.
"Para dar buenos rendimientos tenemos que tener costos muy bajos", dice Cervantes. Finaccess combina varias figuras de empresas financieras, la de distribuidora independiente de fondos de inversión con operadora y asesora de inversión. Pero un inversionista puede buscar por su cuenta a un asesor.
Por ejemplo, Columbus es una compañía de asesoría de inversiones que, al no tener productos propios, asegura al cliente que no tendrá conflictos de intereses por recomendarlos. Su fuente de ingresos son los honorarios cobrados al cliente por asesoría, lo que, según Luis Rancé, socio director, y José Luis Mota, gerente de Producto, permite que los costos sean más transparentes.
Los asesores deberían actuar como médicos, abogados o confesores, dicen De Urquijo y Rancé. Así, los siguientes aprendizajes de Oropeza ya podrán ser con más asesoría. Y sin sustos.
Fuente: CNNExpansion / Por: Roberto Morán
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