La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que las mujeres cada vez tienen más acceso al mercado laboral, pero la realidad de las mexicanas dista de ser ideal pues el 57.6% de ellas se desempeña en la informalidad o en un trabajo no remunerado y sólo el 1.4% tiene alguna posición directiva en las empresas pese a que datos reflejan que las compañías con mujeres en cargos de poder son 5% más rentables.
“Aunque se ha avanzado considerablemente en lo laboral, aún queda mucho camino que recorrer en términos de equidad de género. Aún no hay igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en cuanto educación y calidad de empleo; la sociedad irá avanzando en medida en que todos sus miembros puedan participar en el quehacer económico en igualdad de condiciones”, comentó Lorenza Martínez, subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía.
El Informe McKinsey Quaterly afirma que las empresas que incorporan talento y valores femeninos son más competitivas e innovadoras mientras que un estudio de Fortune resalta que la rentabilidad de las compañías que tienen a 3 o más directivas en distintas posiciones, es 5% superior a la media.
Donatelli, un concepto de donería en la Ciudad de México dirigida por una joven empresaria es la muestra de esto. Con tan sólo 3 años en el mercado, ha tenido gran aceptación que ya inició su modelo de franquicia económica.
Paola Cordero, su directora comercial, reconoció que para abrirse camino en el mundo empresarial tuvo que vencer sus propios temores y sobre todo el descrédito masculino.
“Una mujer que trabaja debe enfrentarse a las barreras del machismo porque se topan con escepticismo respecto a las habilidades profesionales por ser del llamado sexo débil. Sin embargo, no hay nada que no se pueda hacer por el simple hecho de ser mujer; puede ser más complicado pero no es imposible”, reconoció Paola.
El estudio “Las mujeres del mundo en 2010. Tendencias y estadísticas”, de la ONU, revela que en Latinoamérica, la integración laboral femenina creció de 39% en 1990 a 48% en 2010. Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indican que la participación femenina ha aumentado hasta 42.4% desde el 20% registrado en 1970 pero datos del Reporte de Competitividad Global elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), arrojan que México ocupa el lugar 114 de 133 países en cuanto a participación laboral femenina.
A pesar del aumento de la fuerza laboral femenina, los salarios y derechos de las mujeres están lejos de ser equitativos con respecto a los generados por los varones. El INEGI reporta que de los 44.5 millones de trabajadores mexicanos, sólo el 38% son mujeres, de las cuales 57.6% se desempeña en la informalidad o al trabajo no remunerado. De este universo, sólo 1.4% es tomadora de decisiones en una empresa mientras el 15% se desempeña como profesionista y 26.9% se dedica al comercio.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en México el trabajo doméstico no remunerado es de 39.3 horas de las mujeres por 9 de los hombres. Cerca del 22% de las mujeres ocupadas también es jefa de hogar y 70.8% tiene entre 1 y 6 hijos, lo que implica que muchas de ellas asuman una doble jornada laboral.
“Antes las mujeres que trabajaban y llegaban a su edad reproductiva dejaban sus labores. Hoy la situación económica y los cambios sociales hace que la mayoría de las trabajadoras entre 30 y 49 años tenga la doble labor de madre y profesionista”, afirmó la subsecretaria.
Según la CEPAL, las mujeres siguen ganando entre 70 y 90% menos de lo que obtienen los hombres en cualquier región del mundo. En México, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), indica que en promedio la percepción salarial de las mexicanas es de 4,055 pesos al mes contra 5,279 pesos al mes que reciben los hombres.
Otra cifra de la propia dependencia federal a destacar es que a la fecha sólo el 10.6% de las mujeres de 60 años y más goza de beneficios por jubilación en tanto que el porcentaje de varones jubilados es de 51.6%.
La inclusión de las mujeres en una empresa es mucho más que una “buena práctica corporativa”. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), afirma que sin el ingreso que aportan las mujeres, en los hogares de la Latinoamérica que cuentan con ambos padres, la pobreza sería del 40% mayor en la región.
Fuente: www.MundoEjecutivo.com.mx / Por Martha Elena Violante)
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