Cuando se llega a la cuarta década de vida, se supone que hemos llegado a un cierto nivel de estabilidad económica, social y familiar. De acuerdo con las expectativas de vida en México, nos encontramos prácticamente a la mitad del camino y son varias las interrogantes clave que comenzamos a enfrentar.
Pero, mantener el empleo de manera indefinida cada vez más complicado. Por ello, ¿ qué tan listo estarías si tuvieras que enfrentar una crisis laboral? Como reza el dicho, “después de todo, no es lo mismo los Tres Mosqueteros que veinte años después”.
Los cuarenta son una etapa ideal para reinventarse. Faltan por lo menos 25 años más antes de que llegue el retiro y la apertura de opciones y posibilidades, depende en buena medida de cómo te colocas de cara a los desafíos. Si puedes reconocer y valorar tu talento, seguramente encontrarás respuestas rápidamente.
1.- Primero lo primero. Tal como lo señaló Steven Covey, hay que hacer primero lo primero; es decir, un recuento de los daños. Perder el empleo nos exige una enorme inteligencia emocional–especialmente si se es cabeza de familia- y fortalecer la autoestima y el autoconcepto. Reducir la sensación de debilidad no sólo es clave, sino estratégico.
2.- El plan A, B o C. Es indispensable formular un plan de contingencias. Un tema fundamental es la liquidez. Verifica de cuánto efectivo dispones, cuáles son las cuentas por cobrar que puedes recibir y cuándo; así como tus cuentas por pagar. Diseña una estrategia base para evitar descapitalizarte. Si este no es tu escenario, formula planes alternativos; por ejemplo: ser empresario.
3.- Ser estratégico. Si eres un colaborador tradicional y has permanecido muchos años en la misma empresa, ten claro cuáles son los principales valores que has incorporado a tu currículum porque serán tu carta de presentación. Si has sido un job hopper, y has saltado de un trabajo a otro con éxito, replica la estrategia y focalízate en el siguiente paso. ¿Tienes perfil de empresario? Elabora un plan de negocio, busca literatura sobre el tema, infórmate y comienza a construir tus opciones.
4.- Inteligencia Pre-Working. Como dijo Sócrates, “conócete a ti mismo” y conoce lo mejor que puedas al mercado de empresas en el que podrías contratarte. Investiga cuáles son las compañías que van mejor con tus valores, creencias, intereses, hábitos. Averigua cómo son los procesos de reclutamiento y selección. Concéntrate en aquellas que tengan vacantes y actúa rápidamente. Prepara tu currículum y a través de él ofrece justo lo que necesitan.
5.- Muévete rápido y con efectividad. El reto es obtener el mayor número de entrevistas posibles en el menor tiempo. El currículum sólo es una carta de presentación, el desafío es lograr la cita y continuar con el filtro. Por otra parte, si lo tuyo es ser empresario, prográmate para que en el plazo de 30 días tengas clara la idea de negocio, una expectativa de la inversión, conocimiento sobre lo que se requiere para iniciar tu empresa, datos sobre tu mercado, no suposiciones.
6.- ¿Tienes madera de consultor? Si el contexto no facilita las cosas como para encontrar una nueva oferta laboral, evita perder tu valor en el mercado del empleo. Comienza a formarte como asesor o consultor; comienza con clientes pequeños, probablemente gente de tu esfera de contactos; entrénate con seminarios on line de bajo costo y responsabilízate de esta alternativa de autoempleo.
Fuente: www.mundoejecutivo.mx / ROBERTO ESPARZA VIEDMA - Director general de IQubadora
Publicado por: TuDecides.com.mx
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