Algunos asesores recomiendan invertir el 80% del portafolio de retiro de una persona en acciones de alta capitalización. Algunas personas, dependiendo de su edad, podrían pensar que eso implica un riesgo demasiado alto.
Pero es difícil calcular el nivel de riesgo real de un portafolio, sin saber en qué consiste el 20% restante. ¿Está compuesto de bonos, de acciones de baja capitalización, de fondos de mercados emergentes, de oro o alguna combinación de los anteriores y otros activos?
La respuesta a estas preguntas puede afectar significativamente el nivel de riesgo general de tu dinero. Un cúmulo de acciones está compuesto, en un 80%, por papeles de alta capitalización y el 20% restante de fondos con crecimiento de compañías pequeñas, será mucho más volátil que un fondo que tiene ese 20% restante invertido en un capital de índice de bonos de mercado.
Recuerda que la inestabilidad de un portafolio no consiste sólo en la suma de la volatilidad de sus partes. Asumiendo que tienes diferentes activos que no se mueven en sincronía entre ellos, las ganancias de algunas inversiones pueden compensar los contratiempos (o las ganancias más bajas) de otras. Incluir un activo altamente especulativo, no necesariamente aumenta el riesgo de tu portafolio.
Dependiendo de su correlación con otras partes de tus acciones, un activo ‘nervioso’ podría actuar como arruinador. Es por esto que cada vez que hables sobre las recomendaciones de inversión con un asesor, o cada vez que estés creando un portafolio por tu cuenta, querrás asegurarte de no sólo estar viendo todos los componentes de tus documentos, sino también la forma en la que estos componentes interactúan entre sí.
Puedes darte una idea de cómo la peligrosidad de tenencias individuales se compara con la de tus activos en general visitando sitios como RiskGrades.
Dicho esto, puedo decirles que aunque no hay una colocación de activos oficial para el retiro para, digamos, personas de 40 años de edad, una mezcla de entre 80% y 90% en acciones y el resto en bonos es considerada apropiada, y el 75% de la porción de las acciones debe dirigirse a títulos de compañías grandes, y el resto a compañías medianas y pequeñas.
De hecho, si buscas los símbolos de las acciones de los fondos de retiro para una persona de 40 años que ofrecen la mayoría de las compañías de inversión grandes, como Fidelity, T Rowe Price y Vanguard, dentro de la herramienta Portfolio X-Ray de Morningstar, verás que los tres fondos entran dentro de estos parámetros.
Eso no significa que tengas que cumplir con esa proporción; el riesgo es algo personal, y algunas personas se sienten más ansiosas que otras cuando ven el valor de sus papeles van para abajo. Sería un error invertir el 80% en acciones si hay posibilidades de que abandones tus acciones durante una corrección del mercado. Si te angustias demasiado cada vez que el Dow Jones cae cientos de puntos, quizás lo mejor para ti es tener un colchón más grande de bonos y de efectivo en tus inversiones.
Al mismo tiempo, no es conveniente adoptar un enfoque tan conservador si existe la posibilidad de que termines con ahorros reducidos al momento de retirarte. Necesitas lograr una compensación que te ofrezca oportunidades de lograr un crecimiento decente a largo plazo sin que sientas que tu fondo de inversión, junto con tus planes de retiro, pueda desaparecer de pronto.
Además de estudiar el nivel de riesgo de tu portafolio en un sentido de inversión (cuánto puede subir o bajar a corto plazo), también debes considerar cómo es que las diversas combinaciones pueden afectar el tamaño eventual de tus ahorros, y la cantidad de dinero que puedas retirar con toda confianza durante tu jubilación.
Después de todo, la posibilidad de que tu estrategia de inversión, combinada con lo que estás ahorrando, pueda dejarte con recursos insuficientes durante tu retiro también es un riesgo y, sin duda, el más importante. Puedes evaluar el riesgo revisando herramientas como el Colocador de Activos de Morningstar y la Calculadora de Ingresos para el Retiro de T. Rowe.
En conclusión, quizás te convenga revisar algunas de las herramientas que mencioné prestando atención a la evaluación del riesgo. Si trabajas con un asesor y le pagas por recibir asesorías, deberías discutir tus preocupaciones con esa persona. Cuando lo hagas, podrás tener una mejor noción de tu fondo en general. También sería oportuno que tu asesor te explique por qué te sugirió dicho grupo de papeles empresariales.
Si te da la impresión de que las recomendaciones provienen de una percepción inexperta más que de un proceso cuantitativo bien pensado, quizás, además de reevaluar tu dinero, deberías reconsiderar contratar a otro asesor.
Fuente: /Por: Walter Updegrave
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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