(CNNExpansión) Como triatleta, esposa, madre y directora de una empresa, sé que llevar el mando de una compañía, viajar por mi trabajo, tener tiempo para entrenar, alimentarme sanamente y convivir con mi familia sí es posible.
Siempre he tenido el objetivo de encontrar un balance en mi vida, y lo he logrado. Muchos me preguntan cómo lo hago.
Encontrar el balance pareciera que es una cuestión de un género, sólo de mujeres. Yo me pregunto: ¿los hombres no necesitan balance, tener tiempo de calidad con sus seres queridos y suficiente energía para entrenar algún deporte y mantenerse en forma y saludables? Al igual que una carrera profesional exitosa y una vida familiar sana, el balance también es para todos.
¿Qué he sacrificado para lograrlo? Nada. El sacrificio que en ocasiones conlleva el sentimiento de culpa no es parte de mi vida. Sólo he pospuesto algunas actividades, he tomado importantes decisiones para priorizar y balancear mi vida según el momento.
Nadie debería de sacrificarse ni sentir culpa, es algo que la vida te cobra en algún momento, además, implica sufrimiento que recaerá en ti o en tu familia. Más bien hay que ser realistas y saber en dónde están tus fortalezas como ser humano, hablar de lo que eres bueno y en lo que no eres bueno, pedir ayuda.
Debes aprender a ser humilde y pedir ayuda, física y mental. Si no sabes hacer algo, puedes pedir ayuda en tu trabajo, un consejo. En la vida diaria también puedes pedir apoyo y buscar a quien te ayude a cuidar a tus hijos o hacer algo por ti.
Un día recibí un excelente consejo: "Ten una buena infraestructura en casa. Un chofer, alguien que ayude a tus hijos". Al principio de mi carrera, en eso se iba mi sueldo. Fue una decisión mía, yo preferí no ser el chofer de mis hijos, ni su cocinera, pero sí parte de la proveeduría de mi familia.
Cuando tomas esas decisiones, te conoces a ti mismo y no tienes culpa alguna. Así empieza a situarse el balance. Necesitas ser muy congruente entre el ser y el hacer.
Así soy todos los días. Me levanto a las cinco de la mañana y entreno al menos por una hora. Los fines de semana, un poco más. El entrenamiento me ayuda mucho al momento de tomar decisiones en la empresa.
El mismo rendimiento que das bien entrenado en una competencia, lo puedes dar en el día a día. Decides mejor cuando estás bien alimentado y despierto y no cansado o con falta de sueño.
Otra ventaja de hacer ejercicio es que necesitas menos horas de sueño, yo duermo cinco o seis horas, pero profundas. Descanso y estoy muy alerta. Cuando veo a mi equipo cansado, agobiado, tenso, sensible, cambio la dinámica, procuro salir a comer o a caminar un rato.
También soy muy disciplinada en la alimentación. No me siento bien si como mal. No como grasas ni azúcares y me alimento cada cuatro horas. Pero también sé divertirme y me tomo una copa de vino los viernes o los sábados por la noche.
Se trata de tomar decisiones en tu vida. No me desvelo hasta las dos de la mañana porque prefiero levantarme a las seis o siete en domingo a correr. Y si duermo poco a causa de alguna cena con amigos que se prolongó de más, al día siguiente no entreno, eso también es balance.
La mejor estrategia es llevar una agenda, saber decir que no, ser constante y disfrutarlo.
*Cecilia Goya de Riviello es la directora general de Natura México y fungió como Editora Invitada para la edición trimestral CEO de dicembre 2012 de la revista Expansión.
Fuente: CNNExpansión / Por: Cecilia Goya de Riviello*
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