Los reyes de cachemir
Desde que tomaron las riendas del negocio familiar en los 70’s, los hermanos Loro Piana han transformado su empresa textil en una marca de auténtico lujo que les reporta 600 millones de dólares en ventas anuales.
El conglomerado hoy posee 11 tiendas alrededor del mundo, además de proveer telas a los diseñadores más importantes.
La alta calidad que exigen al material les ha llevado a buscarlo en las cabras de Cachemira en China y Mongolia, lana de oveja en Australia y Nueva Zelanda y lana de vicuña en Perú.
La dirección de la empresa, con sede en Italia, está a cargo de los hermanos Pier Luigi (derecha) y Sergio, quienes se turnan la presidencia cada tres años.
Creadores de imagen
Desde las pasarelas de París a las revistas de moda, estos son los maestros detrás del decorado.
En el sentido de las agujas del reloj desde la izquierda: Karl Templer (ha diseñado anuncios para Gap y es director creativo de Interview), Pascal Dangin (maestro fotógrafo que consigue que las supermodelos luzcan aún más bellas), Stefan Beckman (diseña los escenarios de los desfiles de moda de Marc Jobs y crea el ambiente de la publicidad de Estée Lauder), Doug Lloyd (publicista responsable de las elegantes campañas de Gucci y Tommy Hilfiger).
Pat McGrath (gurú del maquillaje y diseñadora de pasarelas que también se desempeña como directora creativa global de la línea de cosméticos de Procter & Gamble), Craig McDean (fotógrafo que colabora con Dior y realiza trabajos para la publicación americana W). Y cerrando el círculo la modelo Raquel Zimmerman (rostro que engalana las portadas de Vogue y los anuncios de Valentino).
El titán de la moda
Como presidente, CEO y accionista mayoritario de LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, Bernard Arnault está al frente de un portafolio de 24,000 millones de dólares que reúne a más de 50 marcas.
Eso significa que este hombre, que está entre los hombres más ricos de Francia, es el capitán de un imperio más grande que el reino de Xerox.
La crisis económica no lo afecta, los ingresos del conglomerado LVMH registraron un crecimiento del 12% en la primera mitad del 2008.
Como muchos monarcas que lo precedieron, Arnault está dejando su marca en París: construye el centro dedicado a las artes Louis Vuitton Foundation for Creation, ubicado en Bois de Boulogne; cuando el proyecto termine, el magnate podrá celebrar con una copa de Château Cheval Blanc o Château d'Yquem (es dueño de ambos viñedos).
Los guardianes del lujo
Montar una tienda departamental y luego colmarla con los productos más vanguardistas y a la vez comerciales es una tarea que exige visión, astucia y estilo.
Estos tres personajes poseen esas cualidades en abundancia: (desde la izquierda) Linda Fargo, quien supervisa la oficina de moda femenina, escaparates e interiores de la lujosa tienda Bergdorf Goodman; Ron Frasch, presidente y jefe mercantil en Saks; y por último Ken Downing, director de modas de la cadena Neiman Marcus.
Su experiencia es vital en estos días, donde incluso las grandes tiendas resienten la reducción del gasto de los compradores.
Las tiendas minoristas también han perdido poder adquisitivo en París y Milán, pues allí el depreciado dólar no puede hacer mucho.
Una histórica familia
Hermès, la gran dama de las marcas de lujo, inició su camino en 1837 cuando Thierry Hermès se instaló en París como fabricante de arneses para caballo.
En el siglo que le siguió sus herederos transformaron el negocio en un imperio de piel. Sus artículos, como el bolso Birkin y las telas en seda se convirtieron en un símbolo para toda la clase alta: el año pasado la compañía reportó 2,400 millones de dólares en ventas, el 80% de esa cantidad proviene del extranjero, con Japón como uno de los principales consumidores.
La empresa, que lleva 171 años en el mercado, sigue bajo la batuta de la familia: los descendientes poseen el 40% de las acciones y dominan el consejo directivo. Pierre-Alexis Dumas (izquierda) y Pascale Mussard -sexta generación de la familia- custodian la herencia de la casa Hermés como directores artísticos.
Ellos marcan las tendencias
Miles de madres norteamericanas llevan su ropa deportiva, son la prueba viviente de que la marca Juicy Couture le dio al blanco, gracias a la visión de sus cofundadoras Pamela Skaist-Levy (izquierda) y Gela Nash-Taylor.
Su magia fue transformar las prendas deportivas en una línea de lujo que encantó a las estrellas de Hollywood y llegó a los anaqueles de las mejores tiendas, desde Barneys a Henri Bendel.
En 2003, Liz Claiborne compró la marca para dirigirse a un público más joven, pagando cerca de 230 millones de dólares.
No es tanto si consideramos que el año pasado las ventas de Juicy alcanzaron los 500 mdd.
Sastrería de altura
Desde 1906 Anderson & Sheppard ha confeccionado trajes a medida, para clientes tan selectos como el príncipe de Gales o el icono de la moda Tom Ford (también ha vestido a mujeres ilustres, como Marlene Dietrich).
Los expertos artesanos toman más de dos docenas de medidas de cada cliente para diseñar los patrones: 27 para el saco y 7 para los pantalones.
Su sello distintivo permanece, lo único que ha cambiado es su dirección comercial: en el 2005 la tienda se mudó a la calle Old Burlington.
Su director general y maestro sastre es John Hitchcock (segundo de la derecha).
Moda a ritmo de rock
John Varvatos es el padre de colecciones de ropa para hombre que transpiran rock. Como diseñador tiene el talento y la astucia comercial para convertirse en el Ralph Lauren urbano.
Hoy colabora con dos empresas del Fortune 500: Nike (donde lanzó una colección de los clásicos Converse) y VF Corp. (su propia empresa, de la cual el diseñador posee el 80% de participación).
Esta primavera abrió una boutique en el sitio que antes ocupaba el emblemático club neoyorquino CBGB.
Fuente: cnnexpansion.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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