Esta sensación influye 80% en la decisión de compra de los usuarios. Los experimentamos día a día, en cualquier momento y en todo lugar; los percibimos en los objetos, en la materia del entorno circundante y aunque detonan emociones, les asignamos menos importancia de la que merecen.
Así es, hablamos de los colores, ésos que decoran el mundo, pero además estimulan conductas como seleccionar un producto o realizar transacciones.
“El color es una de las mayores experiencias sensoriales que nosotros tenemos, y una cosa muy curiosa es que, a pesar de que está presente en nuestra vida, en los ambientes que percibimos dentro del universo en el que estamos inmersos, el color como tal es un fenómeno absolutamente mental”, explica Federico Hess, director del SAFE Innovation Creative Group del Tecnológico de Monterrey (ITESM) Campus Santa Fe, previamente a señalar que el color tiene la capacidad de influir hasta 80% en la decisión de compra de un consumidor.
De ahí la importancia de que las firmas, sean pequeñas, medianas o grandes, lo utilicen a su favor, no obstante, antes de hacerlo será constructivo explorar con cierta profundidad el por qué de esta maravillosa vivencia. Según datos de estudios neuropsicológicos, el color es fruto de la luz que se refleja en los objetos, la cual se disgrega en ondas electromagnéticas de distintas longitudes, a las cuales son sensibles pequeños sensores (o fotoreceptores) ubicados en nuestra retina –con diferentes niveles de excitación–, que envían los estímulos al cerebro.
Una vez ahí, se activan neuronas que dan lectura a la información procedente de la percepción ocular y la transforman en lo que típicamente denominamos colores. “Una de las cosas fascinantes del color es que en realidad no existe; es la forma en que nuestro cerebro interpreta las frecuencias de onda del espectro visible de luz (grupo de ondas que puede capturar nuestro aparato visual)”, agrega el también diseñador industrial.
Pero más allá de los mecanismos que los generan, indica Alma Nayelli Hernández Palacios, diseñadora gráfica de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), los colores tienen una dimensión psicológica que las compañías deben aprovechar para cumplir sus objetivos.
En este sentido, argumenta Hess, los humanos establecemos asociaciones entre colores y materia, pero también entre colores y estados de ánimo. El primer vínculo se gesta en el contacto continuo con los cuerpos presentes en el contexto, al tiempo que el segundo opera en una dimensión inconsciente del ser.
Partiendo de estas premisas, comentan los especialistas, y aunque las relaciones descritas pueden mostrar variaciones de individuo a individuo, es factible distinguir tres grupos en la gama cromática accesible a la visión de las personas:
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Fríos: azules, verdes, morados y violetas; se asocian con frescura, novedad, ligereza, eficiencia, precisión, constancia, confianza, prestigio, etc.
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Cálidos: rojos, amarillos, naranjas, cafés; se relacionan con atención, intensidad, emoción, amistad, calor, determinación, impulsos, creatividad, entre otros conceptos.
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Neutros: blanco (unión de todas las longitudes de onda de luz), negro (ausencia total de luz) y grises; se vinculan con elegancia, sobriedad, seguridad, paz, pureza, limpieza, etc.
Considerar estos aspectos, “beneficia a las empresas, dependiendo el giro al que pertenecen: para vender, expender alimentos, etc.; les permite reflejar a sus clientes alguna cualidad”, puntualiza Hernández Palacios.
Crea ambientes armónicos e incrementa tus ventas
Los colores deben estar presentes no sólo en la creación de logotipos, accesorios, señalética (identidad corporativa); en la producción de etiquetas o empaques; o el desarrollo de publicidad; también tendrán que aparecer en los ambientes de las unidades económicas, con un doble enfoque: interior –hacia empleados– y exterior –hacia el usuario o cliente.
“En cualquier manual de identidad, siempre tenemos que hacer una homologación, que todo este lo más parejo posible, acorde al logotipo que estemos viendo, a la personalidad de la empresa”, añade la especialista de la ENAP.
De este modo, los expertos sugieren algunos colores para que pintes tu negocio, potencies tus facultades de atracción de consumidores y estimules tus ventas:
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Tecnología. Utiliza colores fríos, principalmente azules (tendiendo a claros) y verdes, pues necesitas reflejar frescura, innovación y precisión.
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Salud e Higiene. Usa colores fríos y neutros, especialmente azules y blancos, pues inspirarán confianza, seguridad y limpieza en tus clientes.
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Electrodomésticos. Emplea colores neutros, particularmente el blanco, ya que se asocia con la limpieza.
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Oficinas. Considera los colores fríos y neutros, pues te permitirán crear atmósferas eficientes y pacíficas.
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Restaurantes familiares. Usa colores cálidos (sobre todos rojos y naranjas), pero balancéalos de modo que entregues a tus consumidores calor de hogar y cercanía, pues la saturación (nivel de pureza –viveza–) de estos colores podría generar fatiga visual en tus consumidores y ahuyentarlos. También puedes introducir colores más sobrios, que irradien confianza y familiaridad como los vinos.
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Comida rápida. A diferencia del caso anterior, es permisible utilizar colores cálidos saturados o más agudos, pues con ellos lograrás acelerar el tráfico de clientes en tu negocio.
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Tiendas de conveniencia. Combina colores cálidos saturados con neutros, especialmente blancos. No obstante, dado que en esta clase de comercios se ofrece una diversidad de productos, resulta admisible valerse de mezclas cromáticas más libres, en tanto estén bien realizadas y exalten la marca (logotipo). Es fundamental crear climas luminosos.
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Hotelería. Usualmente se emplean colores cálidos, a excepción de amarillo, dado su potencial agresivo.
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Instituciones financieras: Incorpora colores fríos y neutros, sobre todo azules, blancos y grises, ya que proyectan estabilidad, seguridad y precisión.
“Lo importante, no es usar un único color, sino crear un conjunto cromático que sea placentero al ser visto (…) Ahí comenzamos con otra parte del universo del color que llamamos armonía, que tiene que ver con la belleza”, manifiesta Federico Hess, para luego subrayar el valor de los expertos en el estudio cromático, quienes poseen el talento para lograr combinaciones adecuadas a las necesidades de cada negocio.
Pero también sería benéfico, concluye Nayelli Hernández, observar a la competencia, ver a qué colores recurre, e intentar parecerse a marcas líderes, sobre todo, cuando son emprendimientos emergentes; así como nutrirse de conocimientos a través de la red.
Fuente: www.elempresario.com.mx /
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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