Terminar con una relación laboral siempre es difícil y más cuando se trata de una persona que tiene largo tiempo en la compañía, donde se generó aprendizaje mutuo y se crearon lazos personales, producto de las largas jornadas de trabajo, además tomar la decisión de dar salida a un empleado implica diversos análisis tanto financieros como administrativos y sobre todo de recursos humanos.
Dependiendo de las razones que generan un despido o renuncia, los sentimientos que se generan en un exempleado van desde la alegría, la incertidumbre por emigrar a un mejor puesto, hasta el enojo y el resentimiento por prescindir de su labor, por esta razón es recomendable que en cualquiera de estos dos casos se pueda recibir una retroalimentación por parte de nuestro jefe directo, la cual nos lleva a hacer una reflexión de nuestro desempeño.
Tanto los empleadores como los empleados debemos considerar que durante la salida lo más importante es terminar la relación laboral en buenas condiciones, de inicio te permitirá solicitar una carta constancia del tiempo que laboraste para la compañía y una recomendación con tranquilidad y presentarte a tus entrevistas seguro de que nadie demeritará tu labor.
Para las empresas es muy importante que los empleados que salen estén disponibles para futuras aclaraciones sobre algún desarrollo o proyecto que haya quedado pendiente.
De no terminar en las condiciones adecuadas la relación con tu exjefe puede afectar en la recomendación que este haga, por lo mismo es recomendable tratar de tener siempre una buena relación, ya que nunca se sabe las vueltas que hay en el campo laboral y de esta manera siempre podrás mantener las puertas abiertas en todos los trabajos que hayas tenido.
La relación laboral no solo es responsabilidad de la empresa o del colaborador, si no de ambas partes, por lo que en esta fase, existen dos procesos fundamentales que deben llevarse a cabo: Despido (lo ejecuta la compañía) o renuncia (lo decide el empleado).
Cuando la relación laboral con tu empresa termina por oportunidades laborales que se generan a partir de nuevos objetivos o deseos personales, te lleva a la decisión de renunciar y aceptar otro trabajo, esta decisión genera miedo a no quedar en buenos términos con el jefe actual. Si al decidir cambiarte de trabajo no tienes la certeza que éste vaya a ser un éxito o que logres la estabilidad deseada en él, al terminar tu relación en buenos términos podrá darte la oportunidad de dejar una buena imagen, ser recomendado o bien regresar, por lo que es necesario que los motivos expuestos sean los reales, deben expresarse de forma clara, dejando una buena impresión, ya que el campo laboral puede jugar tanto a favor como en contra.
No debes mentir sobre las causas de la renuncia, porque los rumores sobre la verdadera razón, tarde o temprano, saldrán al aire, más aún cuando mucha de tu información ya se maneja en la actualidad en la redes sociales como el perfil o tu trabajo actual, tu puesto y en caso de incurrir en una mentira podría llegar a oídos de la empresa y si bien ya no estás laborando para ella la imagen de buen colaborador podría caerse en un segundo.
Dejar un trabajo no tiene por que ser desagradable siempre y cuando hayas ido por la línea del compromiso, lealtad, eficiencia y por supuesto si el proceso por ambas partes se realiza de manera adecuada. Cualquier cambio provoca incertidumbre y más si se trata de la vida laboral.
Sin embargo, nada es para siempre y tarde o temprano debemos decir adiós a nuestro actual trabajo. La manera en que sales de una compañía habla, en gran medida, de tu personalidad y del nivel de compromiso laboral, la reputación de alguien puede verse afectada de forma importante si bota el trabajo de la noche a la mañana.
Fuente: www.mundoejecutivo.com.mx / IRMA FLORES RUIZ
Publicado por: TuDecides.com.mx
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