Si bien, los beneficios obtenidos tras la contratación de un pescador de clientes es innegable, se deben tener ciertas consideraciones sobre las características que debe tener éste, antes de incluir uno.
Los clientes en una empresa, resultan igual de indispensables como el alimento para nuestro cuerpo.
Al disminuir los clientes, es necesario encontrar nuevas fórmulas para abastecerla, pero ¿cómo? A través de un captador de cliente. Su principal objetivo es aumentar el número y calidad de clientes para afiliarse a la empresa y solucionar los problemas que puedan existir con respecto de ellos.
En este sentido, los captadores o pescadores de clientes resultan una buena fórmula para obtener nuevas entradas, siempre y cuando sean elegidos de forma asertiva. A continuación entregamos las principales características que caracterizan a un buen captador:
Un buen pescador debe:
-Tener una noción exacta del momento preciso
El buen pescador sabe muy bien cuándo ir de pesca y cuándo quedarse en casa. Se debe encontrar el momento adecuado para presentarse ante la persona adecuada.
-Tener la carnada precisa para cada pez
Cada pez responde a un tipo distinto de carnada. Cada cliente busca que se le satisfagan sus necesidades en específico, ¿las conocemos? Cada cliente es diferente a los demás.
-Tener perseverancia.
Debe aprender a no descorazonarse nunca, siempre volver a probar un vez más, y otra vez más. Si un cliente dijo que no esta vez, es probable que el captador no le haya ofrecido lo que realmente necesitaba.
-Tener paciencia.
Debe aprender a esperar pacientemente hasta que el pez pique la carnada, si el pescador no puede quedarse quieto y tranquilo nunca podrá ser un buen pescador. Debe ser capaz de crear nuevas maneras de llegar al cliente, cambiar la carnada, "la oferta", las veces que sea necesario para que le sea más atractiva.
-Mantenerse oculto.
Si su presencia es demasiado manifiesta, si su sombra cae sobre el agua, los peces no se acercaran. Nuestras campañas deben actuar con el llamado marketing de guerrilla, donde de repente aparece la oferta y causa un impacto no esperado en los clientes.
-Tener coraje.
Debe de estar dispuesto a correr riesgos y a enfrentar la furia del mar y los vientos. Debemos de saber como enfrentar a nuestra competencia y no por precio.
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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