(CNNexpansión) El entorno global está marcado por cuatro grandes cambios 'estructurales' (de largo plazo): los precios de las materias primas aumentan velozmente; Estados Unidos (EU) probablemente está en una trampa de liquidez; el consumidor norteamericano se ha vuelto frugal y algunos gobiernos en la periferia de la zona euro pueden estar insolventes. ¿Qué significan estos cambios para nuestras decisiones en México?
Comencemos por las materias primas. El ascenso de estos productos crea confusión en torno a lo que harán las autoridades monetarias. Los precios de los alimentos tienen una elevada ponderación (23%) en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Esto significa que un incremento en los costos de los productos agrícolas en los mercados globales origina presiones alcistas en el Índice General de Precios.
Esto puede ocurrir aunque la demanda interna siga siendo poca, como lo es actualmente: el repunte en el gasto de consumo es moderado, el desempleo elevado, el uso de capacidad instalada decepcionante y el crédito bancario lento.
En estos casos, por más que los incrementos en los precios de alimentos empujen al INPC, no representan una auténtica inflación, definida por alzas en los costos en todos los segmentos de la economía simultáneamente (no sólo alimentos) y causada por un exceso de dinero en el sistema financiero.
Claro, aunque un ascenso rápido en commodities no implica un alza en los precios, sí lo puede detonar cuando fomenta entre el público expectativas de alta inflación en el futuro. Pero mientras las expectativas sean estables y los trabajadores y fábricas estén subocupados, un auge en artículos agrícolas en sí no incita a la inflación. Y, por ende, no augura una pronta alza en la tasa de política monetaria.
¿Cómo anticipar entonces cambios en las tasas de interés?
En un entorno global marcado por ascensos rápidos en commodities, no es suficiente vigilar sólo la tasa de inflación general, hay que estar atentos también a la subyacente, porque ésta muestra precios en segmentos que sí son sensibles a la demanda interna y a los flujos de crédito, es decir, sensibles a la política monetaria.
Varios economistas pensamos que Estados Unidos se encuentra en "una trampa de liquidez": un círculo vicioso de ahorro excesivo y demanda insuficiente para cubrir la oferta de bienes y de mano de obra. En una trampa de liquidez, la política monetaria tradicional se agota, ya que las tasas de interés nominales están en cero o cerca de cero. Esta trampa se corrige estimulando el gasto.
Pero el estímulo fiscal que se aprobó en el país norteamericano en diciembre de 2010, más que incentivar a la demanda, incentivó a la oferta laboral al reducir el impuesto sobre la renta. Entonces es posible que el impacto sobre la demanda de EU por exportaciones mexicanas sea más débil de lo anticipado. En ese caso, nuestros pronósticos para el Producto interno Bruto (PIB) de esta nación y de México tendrían que revisarse a la baja.
Al respecto, se recomienda protegerse invirtiendo en infraestructura para vender directa o indirectamente a mercados más dinámicos, como los de Asia Emergente.
Hablando de EU, el consumidor norteamericano ahorra en promedio 5.3 centavos de cada dólar de ingreso, cuando en 2002 eran 2 centavos.
El principal activo de este país, la vivienda, probablemente no recuperará su precio por muchos años. Esto significa que, para reconstruir la riqueza que perdió en la crisis, lo único que puede hacer el consumidor es seguir ahorrando.
Esto tardará años, y todo plan de mercadotecnia en México con enfoque exportador debe reconocerlo.
En Grecia, Irlanda y otros países de la periferia de la zona euro, el problema de deuda soberana no se está solucionando: los programas de apoyo vigentes proveen liquidez a países que más bien padecen insolvencia.
El principal riesgo para la estabilidad del peso este año, entonces, es el de un episodio de turbulencia en mercados globales causada por un evento de incumplimiento de deuda soberana en Europa, o noticias de que algún país integrante de la región contemple abandonar esa moneda. En México podría haber una salida de capitales; el peso caería. Los capitales y la moneda mexicana se recuperarían, pero ¿en cuánto tiempo?
Los inversionistas pueden cubrir este riesgo y deben disciplinarse a monitorear Europa aún cuando las protestas en el Medio Oriente luzcan más emocionantes.
Fuente: CNNexpansión / Por: Genevieve Signoret. Genevieve Signoret es economista internacional, presidenta de TransEconomics, S.C. Además, es escritora y asesora.
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