En una economía globalizada y altamente competitiva, considerando la actual inestabilidad de los mercados, los directivos de las organizaciones deben de brindar sus mejores esfuerzos para mantener la armonía en el centro de trabajo. Un empleado insatisfecho no atenderá bien a los clientes.
En un centro laboral es vital que la gente se comunique para alcanzar objetivos comunes. Pero otros elementos importantes para mantener la armonía en el trabajo son la motivación y los beneficios laborales.
Lo mencionado fundamenta las relaciones laborales, por eso es esencial que la persona al mando lo tenga presente y realice sus mejores esfuerzos, a fin de que no existan conflictos de trabajo ni roces, y cuando los detecte les dé solución inmediata.
Actitud
Los trabajadores cargan con todas sus emociones y las llevan al centro de labores. Un empleador debe estar atento ante las actitudes negativas y cómo influyen en el resto.
Es probable que en su entorno laboral encuentre personas con una mala disposición, lo cual puede estar relacionado con un problema de autoestima, que es llevado al trabajo y perjudica la productividad.
Ante este tipo de situaciones, resulta indispensable incidir en las conductas positivas, tratar bien al trabajador y resaltar su labor. Existen diversos conceptos que priorizan al cliente, pero si el empleado no está satisfecho con su entorno será incapaz de atender bien a los demás.
Pilares
Las relaciones laborales deben basarse en el respeto, para que quien esté a cargo sea capaz de dar soluciones inmediatas a problemas y necesidades, y ser amable, ya que los trabajadores son clientes, pero internos. El llamar por su nombre a un “colaborador” hace que se sienta más identificado.
Resulta clave mantener una buena comunicación con todos los trabajadores, desde los jefes hasta las personas que abren la puerta. Otro aspecto que los encargados deben promover es la cortesía, que no sólo se limita a dar los buenos días y las buenas noches, sino se trata de aplicar este concepto a muchos detalles tanto dentro como fuera de la oficina.
Asimismo, hay que impedir que el personal se altere por problemas en la empresa y evitar que se cree una mala atmósfera y tensión en el ambiente.
Debe promover que su personal se relacione entre sí, ya que en ocasiones la tarea será difícil, dependiendo de quién tenga a su cargo y de las horas que pasen en la oficina.
No será igual tener a cargo a cuatro personas que a cincuenta, pero trate de conocer al mayor número de gente, y sea abierto, aunque suene redundante. Promueva el trabajo en equipo, pues, casi todas las actividades que se desarrollan hoy en día las hace más de una persona.
Las labores repartidas entre más trabajadores se enriquecen y tienen menos fallas, porque lo que uno no ve lo puede captar otro, y se puede adelantar el trabajo, ya que en ocasiones por falta de organización se va más lento o inclusive se repiten tareas que ya se habían hecho, por no consultar con los demás miembros de la oficina.
Haga críticas, pero sólo si son realizadas en buen sentido. Las que tienen una intención negativa deben desecharse.
Toda crítica debe realizarse con la intención de cambiar una situación y hallar una opción mejor. Recuerde que como empleador tiene que estar abierto a ellas, de ese modo su trabajo será más productivo y además debe ser receptivo y tener la mente abierta a otras opciones.
Fuente: degerencia.com / Por: Martin Taype Molina
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