Marco López es profesor de Gastronomía en varias escuelas de Toluca y Metepec, sin embargo con el tema de la contingencia, la forma en cómo dar clase en un curso tan práctico como es la cocina tuvo que cambiar radicalmente. “De repente pasé de trabajar en cuatro escuelas, a sólo trabajar en dos y de forma remota.
En casa la verdad es que no tenía contratado ningún servicio de internet, porque me la pasaba afuera todo el tiempo, así que tuve que buscar un servicio y empecé a ponerme a estudiar sobre cómo hacer vídeos, o tener videollamadas con mis alumnos”, dijo a Expansión, Marco López.
La educación en línea se alzó como la opción más viable, sin embargo con él vienen varios retos que van desde la conectividad, hasta la planeación pedagógica de los cursos y en dónde nichos de negocio, como las plataformas de aprendizaje pueden encontrar una mayor exposición.
Los retos de la educación online
Si bien los resultados de tomar un año escolar en línea comparado con ir al colegio aún no han tenido datos claros en el país, para los profesores, este nuevo formato los ha hecho reaprender a enseñar en poco tiempo.
“Bajé Zoom, reestructuré mi programa semestral y tuve que adecuar uno de los cuartos de mi casa para dar clase desde ahí”, contó López.
El caso de Marco López es un ejemplo de cómo algunos maestros en México se han tenido que adaptar a la educación online con el fin de evitar que incremente el número de contagios por COVID-19 en las universidades y escuelas de educación básica, en un contexto en el que si bien se contabilizaron 80.6 millones de internautas en país, según datos del INEGI en 2019, el instituto destacó que solo 35.1% de quienes se conectan a internet, lo hacen con fines educativos, según sus datos más recientes en esta variable.
Esta brecha digital escolar hace más complicada la adaptación a este modelo, de manera efectiva y continua, sobre todo por la falta de recursos técnicos y pedagógicos. Marco López se dio cuenta que no estaba captando la atención de sus alumnos con la clase a través de Zoom, por lo que decidió buscar un curso o alguna guía para aprender a dar clases.
“Me tuve que poner a buscar tutoriales porque muchos de los recursos que tenemos no son efectivos, por ejemplo Zoom, de inicio debo pagar una suscripción para tener más de 40 minutos de clase, pero la verdad es que además no siento que esté siendo efectiva”, comentó.
“Primero empecé a subir contenidos por semana para que fueran avanzando en sus cursos, después empecé a reconfigurar cursos más cortos a través de google classroom y empecé a dejarles evaluaciones a través de videos, o sea, ellos mismos tenían que subir el contenido haciendo una receta”, puntualizó López.
Dentro de la evaluación incluso López les tuvo que hacer énfasis en ciertas actividades que no pueden hacer en cocina y que en los vídeos replicaban, por ejemplo muchos de sus alumnos no usaban el equipo de cocina que se requiere, estaban con barba o algunas alumnas se maquillaban o pintaban las uñas.
“Ellos mismos han tenido que aprender cómo hacer un vídeo, como generar links, e incluso han tenido que improvisar en cómo compartir archivos, algo que también yo he estado aprendiendo y voy probando”, dijo.
Los retos que ha identificado López es que muchos de los alumnos tienen problemas para cumplir con las tareas o para poner atención en los cursos que ha tenido que impartir de forma directa, por lo que ha tenido que buscar estrategias para evaluarlos y ha tenido que acercarse más a ellos para saber la situación de cada uno.
Los profesores apostando por ser youtubers
“He tenido que variar el tipo de plataforma que uso en el día a día y he tenido que conocer qué ofrecen cada una y cómo puedo usarlas de forma efectiva. De qué me sirve que las escuelas tengan o no una cuenta de zoom si otra opción me da más opciones para editar un video” compartió López, quien acepta que una de las claves que deben tener sus cursos es ser entretenidos y donde él se sienta bien al hacerlos.
Quienes están detrás de las plataformas educativas en línea, como Platzi, advierten que para captar a atención de los alumnos estos deben apelar a sus gustos.
“Las clases se deben pensar de una forma distinta, los profesores deben de generar contenidos pensando en que son parte de una serie de Netflix o YouTube y generando contenidos que sean atractivos y cortos para que los alumnos lo sigan”, indicó Freddy Vega, CEO de la plataforma de educación Platzi.
Vega sugiere que el valor agregado de los profesores debe ser el impartir una especie de mentoría y consejos prácticos para aplicar el conocimiento más que apegarse a una cátedra. Para el ejecutivo de Platzi, el cambio más radical que trae el coronavirus es la forma en cómo concebimos la educación de un título estático a algo en continuo cambio.
“Vamos a pasar de querer hacer un check in a un título, a tener un modelo donde la educación es continua y donde todo el tiempo los profesionales van a tener que estar aprendiendo”, precisó Vega.
Tu empresa y tu familia pueden capacitarse en línea durante la cuarentena
Pero el reto en esta reconfiguración no acaba ahí. Puede que haya voluntad por parte de los docentes para enseñar de modo diferente pero no todos están capacitados para hacerlo inmediatamente. Sergio Agudo, director general de Udemy en América Latina, precisa que uno de los retos más inmediatos que tienen las universidades es la falta de talento de este tipo de conocimientos ‘nuevos’ en su plantilla de profesores, sobre todo en los conocimientos tecnológicos.
“La falta de recurso humano es uno de los retos que en el caso de la industria tecnológica se ha evidenciado, sin embargo es un reto mayor no tener talento capacitado y que pueda enseñar, pues finalmente se requiere de tener tiempo e interés por compartir los conocimientos que se van adquiriendo, por ello es que la educación en línea es una gran opción, pues muchos de los profesores que están dentro de nuestros cursos tienen este tipo de habilidades y las aplican de forma remota”, indicó Agudo.
“Muchos profesores no se prestan, les da pena hacer los cursos porque piensan que se van a burlar de ellos, pero al final estás trasladando la clase presencial a la que está en línea, ahora he ubicado muletillas y me doy cuenta cuando ya está el video, pero al final a muchos de los alumnos los conozco y romper también la seriedad con antelación me ayudó mucho, creo que en el futuro así debe ser, idear programas para que alumnos y profesores nos conozcamos y buscar estrategias educativas entretenidas”, finalizó López.
La oportunidad de reconfigurar el modelo de negocio
Si bien, en este momento se han tenido que acelerar esfuerzos para digitalizar la educación en el país, la tendencia más clara y por la que los especialistas apuestan es por la de tener programas educativos híbridos, que conjunten clases en línea y reuniones en la escuela con los alumnos y profesores. Esto es una oportunidad para reconfigurar los modelos educativos y de negocio de las universidades, e incluso podría traer a foco a nuevos jugadores.
“Esta es una oportunidad para las universidades, los profesores y los ciudadanos, sin embargo también es un reto, tanto para el modelo de negocio de las universidades, como para los profesores, pues deben tener en este momento una idea clara de que no sólo deberán instruir en línea, sino también hacerlo en la escuela y convertirse en algo así como maestros pilares, o mentores”, precisó Bibiam Díaz, ejecutiva principal y especialista en Educación para la Región Norte en el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Mientras avanza la tendencia y tanto profesores como alumnos se adaptan a esta nueva forma de aprender y enseñar, López dice que está cada vez más dispuesto a probar la eficiencia de estos modelos pues, por ahora, mientras dure el confinamiento, la pantalla es el pizarrón más viable.
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Algunas de las plataformas más populares sobre las que actualmente las escuelas están dando clases, alrededor del mundo, son Classroom de Google, que cuenta ya con 100,000 escuelas operando en este sistema y Zoom, con 90,000 contratos escolares.
Sin embargo el uso de otras plataformas como Platzi o Udemy también ha ido al alza, pues además los programas de éstas están muy focalizadas en las necesidades laborales que hay actualmente.
“Sé que algunos de los alumnos que tengo van a buscar opciones que sean más atractivas para el mercado laboral en este momento, entonces se plantea un problema para los profesores y escuelas que no saben impartir otras cátedras, pues finalmente yo sé que esto es un negocio y si yo mismo quiero hacer algo distinto, tendré que aprender y aplicarlo a lo que el mercado demande” finalizó López.
Fuente: expansion.mx / Por: Eréndira Reyes @eresinaeresina
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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