(Reuters) — Hay una frase que escuché hace unos días y me pareció muy acertada, sobretodo en estas fechas en que las convivencias y celebraciones empresariales de fin de año comienzan:
"Como te ven, te tratan; pero como te comportas, te recuerdan".
Cuidar nuestra imagen en las celebraciones de navidad y año nuevo es un tema obligado para todos, pues demuestra nuestra educación, cultura y reafirma o destruye en segundos nuestro posicionamiento, nuestra imagen pública.
Para tu posicionamiento:
Confirma tu asistencia y en verdad ¡asiste! No es válido decir que sí y luego inventar la excusa de "no pude ir". Es una muestra de cortesía que corresponde al gesto de tu anfitrión al invitarte.
Uno o máximo tres días después de la celebración envía una nota de agradecimiento a tu anfitrión. Si quieres diferenciarte de todos escríbela a mano, es más personal, y en la era digital vale más, pues te tomaste el buen gesto de dedicarle tiempo. Un correo electrónico es bueno pero efímero, ya que al ser intangible se esfuma de nuestra memoria.
El día de la celebración corresponde a la invitación de tu anfitrión con un detalle (el precio no es lo importante), desde unas flores hasta una tarjeta navideña con tu agradecimiento y tus buenos deseos.
Si en vez de un pequeño detalle decides obsequiar un regalo, ten mucho cuidado con dar botellas de alcohol y cosas de gusto muy personal como corbatas y perfumes. Recuerda cuantas corbatas tienes guardadas y lo peor de todo ¡nuevas! Nunca las usaste porque no fueron de tu agrado.
Sé diferente (ese es el secreto de un buen posicionamiento y de una buena imagen profesional) y no regales lo que todo el mundo da en estas fechas.
Investiga un poco sobre los gusto de tu cliente y obséquiale algo útil y que provoque que te recuerde por ese gran pequeño.
Por ejemplo, si a tu cliente le agradan los autos puedes regalarle desde un bonito llavero con la marca de autos que más le gusta (todos necesitamos de un nuevo llavero cada año), o puedes ir más lejos y regalarle una suscripción a la revista de autos más reconocida. Por ambos te recordará con agradecimiento, aunque obvio, el que reciba la revista cada mes provocará que se acuerde de ti cada vez que la reciba o la lea. Tú decides cuánto invertir.
Junto con tu regalo adjunta una tarjeta de opalina blanca que diga "Con los atentos saludos de (tu nombre y un texto de agradecimiento personal a mano)".
¡Está prohibido poner tu tarjeta de presentación! Pero, ¿por qué si todo el mundo lo hace? En cuestión de imagen profesional, un regalo no se obsequia para "hacerle la barba al cliente para que nos contrate en el inicio del año"; se tiene ese gesto porque deseamos agradecer de manera personal su confianza.
Observa y date cuenta de cuántos regalos recibirás con la tarjeta de presentación de quien te lo envía. ¿En verdad crees que él mismo se tomó el tiempo para colocar su tarjeta? Claro que no, seguramente lo hizo su secretaria. Ahora imagina la grata sorpresa de recibir un regalo que además de ser un lindo y útil obsequio viene con una tarjeta a mano en donde te das cuenta que realmente pensaron en ti. La diferencia es abismal.
Esmérate en tu arreglo personal ese día. Es un evento para recordar por lo bien que te veías no por lo mal que ibas vestido y por no darle la importancia que merece una celebración de fin de año. Si te es posible compra una nueva prenda para ese día y que no represente un gasto sino una buena inversión. Te sentirás muy bien de haber estrenado una corbata, unos zapatos, o hasta un nuevo par de aretes para ese día. Lo mejor de todo es que la fiesta fue solo el pretexto para invertir en ti en tu imagen.
Si ese día llegas tarde y ya están todos en la mesa comiendo. ¡No hagas más evidente tu impuntualidad e interrumpas a todos! Haz un saludo general a todos los comensales y di "Buen provecho".
Evita temas de conversación polémicos. No provoques un debate entre quienes apoyan cierta religión, partido político, etc. El objetivo de toda reunión y banquete es pasarla bien y recordar la experiencia de convivir contigo con agrado.
En las reuniones sociales es cuando más nos damos cuenta de la buena educación y cultura de la gente. Uno de los detalles que muchos olvidan son los buenos modales en la mesa. A continuación menciono los errores que más dañan tu imagen profesional:
1) Colocar la servilleta como babero para que no te ensucies tu camisa o blusa. Colócala en las piernas y utilízala para limpiar tu boca cuando sea necesario. Hazlo con discreción.
2) No metas la punta de la corbata entre la camisa para que no se te ensucie. Saber comer sin mancharte es una habilidad que todos debemos practicar. Un consejo: no te acerques demasiado a la mesa a la hora de llevar el alimento a la boca.
3) Nunca comiences a comer antes de que el anfitrión dé inicio, o los demás comensales estén servidos o, de tratarse de una mesa muy grande, la mayoría haya sido servida.
4) No limpies la deliciosa salsa con que fue bañado el platillo fuerte con el pan ni remojes éste en la sopa.
5) Sonarse en la mesa es uno de los errores más comunes. Si debes asear tu nariz es mejor que vayas al tocador. ¡Jamás te suenes con la servilleta que pusiste en tus piernas!
6) No fumes en la mesa. Cada vez el fumar es menos visto como algo elegante. Si deseas hacerlo, sal del lugar.
No lo olvides: "Como te ven, te tratan; pero como te comportas, te recuerdan".
Cuida tu imagen en estas fechas.
*El autor es instructor y consultor en Imagen Pública, experto en la creación y proyección de la Imagen Pública de empresas, marcas, servicios y altos ejecutivos. Es Comunicólogo por la Universidad del Valle de México y Maestro en Imagen Pública por el Colegio de Consultores en Imagen Pública y cuenta con un Diplomado en Creación de marcas poderosas.
Fuente: CNNexpansion / Por: David Navarro Martínez*
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