23 de abril de 2007, 04:00 AM
Si ustedes siguen los consejos de un vendedor que les recomienda hipotecar la casa para invertir en la bolsa están cometiendo un suicidio financiero de serias consecuencias.
El caso de Joseph, propietario de un negocio en la Florida, es un ejemplo.La madre de Joseph, de 65 años y retirada, es dueña de una casa 240,000 dólares. La casa está 100 por ciento libre de deudas.
"Un broker y agente de seguros le recomendó que sacara el 50 por ciento en forma de préstamo y lo pusiera en un equity-indexed annuity”, me escribe mientras explica que su madre es la única dueña de la propiedad y está pensando hacer lo que le recomiendan.
“¿Qué es el equity-indexed annuity? ¿Se puede perder dinero? ¿Hay un costo?”, son interrogantes que Joseph quiere aclarar.
Para entender un EIA primero hay que saber que es una anualidad. Las anualidades son un producto muy popular. Según reportes de la industria, 236 mil millones de dólares en ventas se reportaron para finales del 2006. De esa cantidad, aproximadamente el 10 por ciento son los equity-indexed annuity, o EIA.
Una anualidad es un contrato entre el comprador y una compañía de seguros donde esta última se compromete a realizar pagos periódicos al inversionista, en el presente o en algún momento en el futuro. Vienen en dos tipos: anualidad fija y variable.
En la primera, la compañía garantiza tanto el rendimiento como el pago. En la segunda, el rendimiento y el pago están condicionados al tipo de inversión que realiza el inversor.
El EIA es un híbrido. Un EIA es un tipo de anualidad que combina alguna de las características de la anualidad fija, con el tipo de anualidad variable. Por un lado, te garantizan un mínimo de interés (usualmente el 90 por ciento de la prima a un 3 por ciento de interés) y a la vez el interés está ligado a un índice de mercado.
Al garantizar un mínimo de interés, es menos volátil que el variable, pero al estar atado a un índice tiene el potencial de crecer si el mercado crece.
Pero el problema no está en el producto, sino en la forma que está aplicado al caso de la madre de Joseph.
Según la recomendación del agente, la madre de Joseph debe invertir el dinero de la casa en un EIA.
Si hace ésto, la señora comienza a incrementar riesgo en su patrimonio.
Para sacar dinero de la casa ella tendría que hipotecarla. No es vender la casa. Es hipotecarla. Quiere decir que ella estaría endeudando la casa en un 50 por ciento (asumiendo que le presten esa cantidad). Y eso tiene un costo.
En Florida, según bankrate.com, actualmente el costo de un préstamo puede estar rondando el 7 por ciento de interés basado en un buen crédito.
¿De dónde la madre va a sacar ese 7 por ciento anual para pagar el préstamo? Asumiendo que es por 10 años (recuerda que tiene 65 años), tasa fija pagaría cerca de 1.393,30 dólares mensuales para cubrir el préstamo.
¿Ella tiene el ingreso para eso? ¿de qué vive la señora? ¿Cuáles son sus gastos? ¿Cuáles son sus deudas? ¿Ella tiene otros activos que la respalden además de la casa? ¿los hijos están preparados financieramente para asumir esa responsabilidad en caso de? ¿Qué pasa si ella tiene una enfermedad que requiere cama y sus hijos no pueden afrontar la deuda de la casa? Es el techo de la señora el que está en juego.
No sólo se aumenta el riesgo y los costos con el préstamo sobre la casa, también aumenta el riesgo y el costo con el EIA.
Aunque se escuche que la inversión es “segura”, no lo es.
Muchas compañías sólo garantizan que te pagarán el 90 por ciento de la prima que pagaste, más el 3 por ciento garantizado (fíjate que no es 100 por ciento + 3). O sea, que si el mercado no pasó el límite, no tienes mayor rendimiento y por tanto pierdes dinero.
Otro problema: los costos.
Si el inversionista decide sacar parte o todo el dinero antes de lo estipulado por el contrato cobran un cargo (que puede estar entre el 1 y el 7 por ciento). Además, si hubo ganancia en el mercado, la compañía no te acredita esa ganancia por haber cancelado el contrato antes de lo estipulado.
Otros costos que se incurren son el “Mortality and expense risk charge” porque la compañía garantiza el contrato, que típicamente es de, 1,25 por ciento anual.
El “Administrative fees” que son costos por administración, por lo regular es del 0,15 por ciento anual, dependiendo también del contrato.
Los “Underlying fund expenses” que son gastos por el manejo del fondo, podemos hablar del 90 por ciento y otros cargos, que aunque son opcionales, muchas veces aceptamos incluirlos sin saber como garantizar un mínimo ingreso, protección del principal, etc, que pueden llegar al 2 por ciento.
Y también en la subida las cosas se condicionan. El rendimiento de la inversión esta condicionado al tipo de cálculo determinado en el contrato.
Por ejemplo, el “Spread/Margin/Asset Fee”. Si el índice genera un 10 por ciento y el margen de comisión es del 3,5 por ciento, la ganancia es del 6,5 por ciento y no del 10. Si el cálculo es tipo “Interest Rate Caps” la ganancia se limita. Si el máximo es del 8 por ciento, y el rendimiento del índice fue de 10 por ciento, sólo pagan el 8.
Sabiendo esto, vamos a asumir que para el caso de Joseph, el costo del EIA asciende al 4,30 por ciento, sin incluir el "surrender charge". Esto quiere decir que la inversión del 50 por ciento del patrimonio de la madre de Joseph tiene que generar, no sólo el costo del préstamo, también el 4,30 por ciento para cubrir los costos del EIA.
Entonces, si el promedio de préstamo de tasa fija de la hipoteca está en el 7 por ciento, quiere decir que la señora tendría que pagar el 11,30 por ciento antes de que ella pueda ver los beneficios.
Pagar al banco por el préstamo (7) y pagar a la casa aseguradora por el EIA (4.3). ¿Qué inversión va a generar esa cantidad sin incurrir en más riesgo? ¿El índice puede dar 11.3 anual? Posible, pero poco probable. Además, el costo del 11.30 es garantizado, mientras el rendimiento no. ¿Justifica el 11,3 por ciento de costo para ganar un 3 por ciento garantizado? No.
No hay justificación financiera en la recomendación del agente. Es incrementar sustancialmente el riesgo en las finanzas de una señora de 65 años al hipotecar su casa y poner el dinero en un vehículo que sí es de riesgo y además incurre en costos innecesarios para su situación.
Casos como el de Joseph obligan a que busquemos un consejero competente que mire nuestra situación financiera y no sólo el dinero que tenemos. Alguien que piense en nosotros y no en el producto. Que nos recomiende aquello que nos conviene y no al broker.
Al final tú decides
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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